¿Cómo hacer para restaurar 1,2 millones de hectáreas de bosque degradado?

Historia por: Jorge Rodríguez Fotografía por: Viatori Dom 8, Oct 2023

En 2015, el Instituto Nacional de Bosques de Guatemala (INAB), en cojunto con una variedad de instituciones de Gobierno, municipalidades, ONG’s nacionales e internacionales, sociedad civil y cooperación internacional, formuló la Estrategia Nacional de Restauración del Paisaje Forestal, con el propósito de llevar a cabo la restauración sostenible de 1.2 millones de hectáreas de tierras degradadas en Guatemala para el año 2045. Este esfuerzo tenía como objetivo principal la colaboración entre diversos actores y la mejora de las capacidades, como parte del compromiso adquirido por Guatemala en 2011 durante el lanzamiento del Desafío de Bonn, una iniciativa que se originó en Bonn, Alemania.

Conocido como Bonn Challenge, es un esfuerzo global que se propuso restaurar 150 millones de hectáreas de tierras degradadas y deforestadas antes de 2020. En 2014, los promotores de esta iniciativa, el Gobierno de Alemania y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con el respaldo de la Alianza Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal (GPFLR), instaron a aumentar la meta de restauración a 350 millones de hectáreas para 2030.

Desde entonces, América Latina ha sido la región más activa en el cumplimiento voluntario de este compromiso por parte de los países. En 2015, se llevó a cabo la primera reunión global en El Salvador para definir las acciones que se tomarían en el marco del Desafío de Bonn.

Según el Fondo de Desarrollo Verde para la Región SICA, en 2015, el entonces presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, se comprometió a restaurar 1 millón de hectáreas en el pequeño país centroamericano, lo que equivalía a la mitad de su territorio nacional, según sus declaraciones en ese momento.

Después se sucedieron reuniones en Panamá, Honduras, Guatemala y Cuba y luego al resto de regiones del planeta. En 2019, en Guatemala se celebró la Cuarta Reunión Regional del Bonn Challenge en Latinoamérica, en donde, entre otros puntos, se compartieron los avances de Guatemala en el desarrollo de la Estrategia Nacional de Restauración del Paisaje Forestal 2015-2045.

Esta fue la primera zona de aprovechamiento trabajada por la comunidad de Carmelita. Después de 16 años de regeneración natural, el bosque no muestra señales de impacto negativo. Foto: Carlos Duarte.

La participación de las comunidades como estrategia de restauración

Debido a que la población rural de Guatemala tiene a disposición muy pocas oportunidades laborales de desarrollo, una de las únicas fuentes para ello siempre han sido los recursos naturales, muy abundantes en el país centroamericano. Esta puede ser una explicación para la degradación forestal que el país ha experimentado en los últimos 20 años, en los que el país experimentó una pérdida significativa de su cobertura forestal, con la desaparición de aproximadamente 1.39 millones de hectáreas, según Global Forest Watch (GFW). El país pasó de tener cobertura forestal que abarcaba el 35,5% en el año 2006, a alrededor del 33% en 2016.

Bajo el liderazgo de Inab, se han creado varios programas destinados a incentivar financieramente a todos aquellos esfuerzos por mantener la cobertura forestal en diferentes zonas del país. Primero fue el Programa de Incentivos Forestales, que funcionó de 1996 a 2016, al que se le añadió PROBOSQUE, que solamente en agosto de este año efectuó pagos por un total cercano a Q40 millones a 2,814 proyectos dedicados a la protección forestal en los departamentos de Huehuetenango, Alta Verapaz y Petén. En lo que va de 2023, según cifras presentadas regularmente por el instituto forestal guatemalteco, los pagos efectuados a través de PROBOSQUE y PINPEP han alcanzado un monto total de Q. 203,099,737.09, beneficiando un total de 16,014 familias a través de 13,018 proyectos. Este financiamiento ha permitido cubrir un área equivalente a 115,197.38 ha.

La idea fundamental que subyace en estos programas de incentivos forestales es la promoción del cuidado de los recursos forestales de Guatemala mediante incentivos económicos. Estos incentivos permiten que las personas generen ingresos a través de la preservación de los bosques y otras áreas naturales. Según palabras del Ing. Mártir Vásquez, subgerente del INAB, «Los pagos de este año han evitado la deforestación de 70,736.91 hectáreas de bosque natural bajo manejo de protección y producción. Además, se han capturado 4.17 millones de toneladas de carbono en el área bajo manejo con incentivos, equivalente a 59.6 toneladas por hectárea. También, se han impulsado 519 proyectos dentro de áreas protegidas.»

Además de impulsar la economía de las personas, comunidades y entidades comprometidas con la protección de los recursos forestales de Guatemala, otro objetivo clave es fortalecer la capacidad de estos recursos para proporcionar servicios ecosistémicos a las personas. Esto incluye la captación de agua, la protección de la vida silvestre y el bienestar general de la población.

En algunas zonas de Guatemala, como en la Parcialidad Baquiax, en Totonicapán, la propia comunidad se dedica a la reforestación de su bosque para no perder el acceso a agua. Foto: Andrea Valdez/Viatori

Más de 193 mil ha restauradas para 2027

A diferencia de otros países de Centroamérica, Guatemala ha estado trabajando activamente en la restauración del paisaje forestal desde 2015, a través de una Mesa Nacional que reúne a diversos actores, como el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), INAB, el Ministerio Público, organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, y la cooperación internacional. Su objetivo es abordar la degradación de los recursos forestales del país y cumplir con los objetivos establecidos por el Desafío de Bonn para Guatemala.

En septiembre, INAB, en colaboración con representantes de UICN y FAO Guatemala, presentó el Plan Quinquenal 2023-2027 de la Estrategia Nacional de Restauración del Paisaje Forestal de Guatemala (ENRPFG). Este plan se centra en restaurar 193,530 hectáreas para 2027, lo que beneficiará tanto a la biodiversidad como a las personas que dependen de estos recursos para su subsistencia.

El enfoque de la ENRPFG se basa en seis ejes, incluyendo el desarrollo económico a través de la restauración del paisaje forestal, la mejora de los medios de vida y la biodiversidad, el fortalecimiento de las instituciones como INAB y CONAP, la gobernanza de los territorios y la transferencia de conocimientos para continuar los esfuerzos en los próximos años. Cada acción dentro de estos ejes se basa en la Evaluación de Oportunidades de Restauración del Paisaje Forestal para Guatemala (ROAM).

Por ejemplo, el plan busca restaurar el 59% de las áreas prioritarias con un enfoque productivo, aumentando la oferta de servicios ecosistémicos y restaurando 118,530 hectáreas en el próximo quinquenio. Otros objetivos incluyen la identificación de áreas potenciales para la restauración en zonas con alta recarga hídrica, la evaluación de ingresos familiares, la promoción de diálogos a nivel municipal y el desarrollo de un sistema de registro de investigaciones relacionadas con la restauración.

Como parte de la ENRPFG, la Mesa Nacional ya ha logrado resultados notables en el período 2015-2019, incluyendo la protección de 7,673.47 hectáreas y la generación de 145,795 empleos relacionados con la protección forestal a través de programas como PINPEP y PROBOSQUE. De estas hectáreas, 841 se consideran restauradas. Durante este período, el Estado de Guatemala invirtió Q168,860,616 en estas iniciativas.

Tucaneta, especie que se puede observar en el Bosque Nuboso. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Además, se establecieron plantaciones forestales en 246 hectáreas con fines energéticos, y más del 60% de los proyectos se ubicaron en zonas de alta a muy alta recarga hídrica. También se proporcionó capacitación a técnicos del INAB, municipalidades, ONGs y el Gobierno, y se llevó a cabo un diplomado sobre restauración del paisaje natural.

La idea que fortalece estos programas de incentivos forestales es la de promover el cuidado de los recursos forestales del país, mediante incentivos económicos que permite que las personas puedan tener un ingreso a partir del cuidado de los bosques y otras áreas naturales. “Los pagos de este año han evitado la deforestación de 70,736.91 ha de bosque natural bajo manejo de protección y producción. Además, se han fijado 4.17 millones de toneladas de carbono en el área bajo manejo con incentivos, lo que equivale a 59.6 toneladas por hectárea. Asimismo, se han incentivado 519 proyectos dentro de áreas protegidas”, dijo en junio pasado el Ing. Mártir Vásquez, subgerente del INAB.

Además de buscar apoyar la economía de las personas, comunidades y entidades interesadas en proteger el recurso forestal guatemalteco, otro de los objetivos es el de fortalecer la capacidad de estos de proveer servicios ecosistémicos a las personas, como captura de agua, refugio para la vida silvestre y bienestar para las personas, entre otras cosas.

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