La sostenibilidad y sus diferentes significados

Historia por: Jorge Rodríguez Fotografía por: Jorge Rodríguez Vie 4, Dic 2020

«Sostenibilidad» es un término que engloba tantos conceptos. que hasta podría dar lugar a malas interpretaciones y, lo que es peor, a prácticas mal encaminadas que dañen el equilibrio ecológico natural. Hubo un tiempo en el que la ciencia, por ejemplo, consideraba que la conservación y sostenibilidad de las áreas naturales pasaba por aislar a los ecosistemas de las personas.

Hoy, afortunadamente, la tendencia pasa porque las comunidades, indígenas en su mayoría, que viven alrededor de las zonas naturales, no solo puedan beneficiarse de la extracción de recursos, sino que sean, a su vez, guardianes y protectoras de estos territorios.

Un ejemplo de ello podría ser lo que ocurre en el norte de Guatemala, en donde existe un modelo basado en el concepto de manejo sostenible, en el que varias comunidades aprovechan los recursos naturales, como la madera y el xate, sin que eso signifique la degradación de los ecosistemas. Parte del éxito de este modelo se debe a que hay otras actividades no extractivas, como el turismo, que permiten el desarrollo sostenible de las personas.

En países como los centroamericanos, el turismo se muestra como una alternativa llamativa y eficaz para generar desarrollo económico y comunitario. Aunque sus economías aún se basan en actividades agrícolas y exportación de materias primas, como el café, azúcar y productos del mar, por mencionar algunos, el turismo se ha posicionado como el segundo generador de divisas de la región. Tan importante es que llega a representar, según Forbes, el 5% del PIB de las economías de Centroamérica (en Belice es el 20% y en Panamá el 12%).

Pero, tan importante como es, también el hecho de que deba de hacerse de manera sostenible, mientras se genera un beneficio real para las comunidades y zonas rurales, que son las que más atrae al turista por los paisajes, el contacto con la naturaleza y el patrimonio cultural e histórico. «Brindar apoyo a las economías locales, sin que eso genere un impacto negativo en el entorno natural». Eso es, para Airam López, bióloga y conservacionista, lo que la sostenibilidad debe de proveer, desde el punto de vista de la conservación y el desarrollo. «Visitar las comunidades, genera un intercambio, económico y de bienestar. Al llegar a un lugar (natural), debemos de hacerlo con mentalidad positiva y evitar un impacto negativo de las visitas que hagamos», añade.

Ese es el reto de los modelos turísticos, no solo de la región, sino de todo el planeta, que se suma a la reactivación de uno de los sectores más golpeados por la incursión de la COVID-19. Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) la actividad turística cayó a escala global un 22 % en el primer trimestre.

«Es por mucho el peor resultado de la serie histórica de turismo internacional desde 1950 y pondría un final abrupto a diez años de crecimiento sostenido desde la crisis financiera de 2009», señala la OMT.

Para el istmo centroamericano la proyección es que la caída del sector sea de un 15 %, pero solo en el mes de marzo fue del 43 %.

¿Qué implica el viaje sostenible?

Después de la pandemia, los viajeros optarán por realizar viajes a lugares que apoyen la sostenibilidad y promuevan la resiliencia de los pueblos. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Evidentemente, el turismo es uno de los sectores que más ansía el regreso a una normalidad alejada de pandemias y virus. En ese sentido, los viajeros ahora empiezan a basar su consumo en productos y servicios que respeten la vida natural y que promuevan su protección y buen manejo.

Para ayudar a conocer la percepción del público, National Geographic realizó una encuesta, en la que se mostró el fuerte apoyo que los viajeros de Estados Unidos muestran hacia todo lo relacionado con la sosteniblidad. Esto es de gran interés para la industria turística de Centroamérica, ya que desde ese país es de donde proveen la mayoría de sus turistas internacionales.

“Una de las razones por las que nos embarcamos en este estudio, fue para tener un mejor entendimiento de lo que los consumidores realmente quieren, y qué tipos de practicas sostenibles les importan, dijo Gary Knell, presidente de National Geographic Partners. Uno de los resultados más relevantes fue que el 50% de las personas entrevistadas, y que mostraron un mayor interés y conocimiento acerca de la sostenibilidad, son los jóvenes entre los 18 a 34 años de edad.

De ellos, quienes entienden el concepto de turismo sostenible, 56% es consciente del impacto que el turismo tiene en las comunidades locales, así como la importancia de proteger los sitios naturales y culturales.

Otro de los factores que la industria debe de considerar, es el anhelo por apoyar iniciativas que apoyen la resiliencia de las comunidades, tanto en términos de conservación de los recursos naturales, así como contra los efectos del cambio climático. La pandemia puso en evidencia que son las comunidades rurales y los pueblos indígenas los más vulnerables ante el panorama que pinta el futuro, por lo que es importante adoptar mecanismos que permitan el fortalecimiento de sus capacidades ante lo que se puede venir.

Equilibrio económico, social y natural

sostenibilidad

El manejo silvicultural se aplica en algunas áreas agroforestales, como un modelo extractivo sostenible, que beneficia tanto a comunidades como a la vida natural. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

«Podrías preguntarte todos los días que si lo que estás haciendo es responsable con el medio ambiente, si es responsable con la sociedad y si es responsable económicamente», dijo en una entrevista a Viatori Luisa Zea, touroperadora guatemalteca.

El esfuerzo, según Zea, debe de ir encaminado en entender, tanto a nivel gubernamental, empresarial y personal, que lo que hacemos en el día a día, influye más de lo que creemos. «No solo es tomar, no solo es ganar y acumular riquezas para mí», añadió.

Y tal como plantea National Geographic, el turismo es el camino que muchos países, y sus comunidades, toman para generar desarrollo, protección del patrimonio y fortalecer la adaptabilidad a los efectos del cambio climático. «El turismo es una oportunidad para cambiar la economía de las áreas protegidas y los pueblos que viven dentro de ellas. Históricamente, las comunidades dependen de la extractividad de los recursos, como madera, agricultura, pesca», dijo Matt Humke, otro touroperador basado en Antigua Guatemala. Según él, para que el turismo se convierta en una herramienta sostenible para el desarrollo, las personas deben de «reducir su impacto» en las áreas naturales, pero también implementar actividades que generen «recursos para el apoyo de las comunidades locales».

Para lograr esto, el papel de los Estados es clave. Debe de existir una inversión equitativa en las áreas rurales, tanto en infraestructura, salud y educación, así como en el personal que apoya en el cuidado de las áreas protegidas. En Costa Rica se anunció recientemente la inversión de fondos provenientes de un programa de Deuda Ambiental entre el país centroamericano y Estados Unidos. Guatemala y Honduras están por firmar acuerdos de ventas de bonos de carbono al Banco Mundial, lo que permitirá continuar con el cuidado de zonas boscosas de importancia, y su consiguiente beneficio para las comunidades que las habitan.

«Nosotros trabajamos con las comunidades para que el uso de los recursos sea de una manera más ordenada», dijo Julio César Interiano, técnico conservacionista del Concejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) de Guatemala. Esto se hace, ya que se reconoce el valor que los recursos naturales representa para las comunidades, por lo que se les instruye para que puedan hacerlo de «manera más eficiente» y que tenga un «manejo más adecuado, y no los exploten de manera desmedida».

 

 

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