Hablar del impacto que los perros y gatos domésticos tienen en los diferentes ecosistemas en los que habitan, es tan tabú como hablar acerca de las leyes anti-aborto o el matrimonio legal entre personas del mismo sexo. Sin embargo, a diferencia de estas dos últimas, la falta de control de animales domésticos, particularmente en países megadiversos, como Guatemala y los países centroamericanos por ejemplo, se ha convertido en un serio problema de salud pública para los humanos y ecológico para pequeños vertebrados como aves y reptiles.
“A pesar de su buena relación con nuestra especie, [los perros y gatos domésticos] tienen un impacto ecológico negativo con consecuencias para las políticas de conservación”, dice el resumen ejecutivo del estudio Tus mejores amigos pueden ser tus peores enemigos: impacto de los gatos y perros domésticos en países megadiversos, publicado en la Revista Mexicana de Biodiversidad de la Universidad Nacional de México (UNAM).
El estudio menciona que algunos de los efectos negativos que ambas especies tienen sobre la biodiversidad “incluyen la depredación y competencia con fauna nativa, su hibridación con especies filogenéticamente cercanas o poblaciones silvestres de su propia especie, y la transmisión de enfermedades a la fauna silvestre y a los humanos”.
Estos efectos negativos, sin embargo, tienen mucho mayor relevancia ante la negativa de parte de los seres humanos, por reconocer, incluso con datos concretos y claros, el peligro que estas especies representan para el resto de fauna que habita los ecosistemas en los que estas mascotas están presentes. “Por favor , no culpen a los gatos. ¿ O es que también culparán a las águilas, halcones, gavilanes lechuzas y un sinfín de aves que sobreviven de otras aves ,reptiles, insectos, peces,gusanos,lombrices etc?”, decía una internauta en Facebook en la publicación de 2021 de la historia de Viatori relacionada con el impacto ambiental de los gatos en todo el planeta.
El estudio realizado por los investigadores mexicanos Mónica Orduña-Villaseñor, David Valenzuela-Galván y Jorge E. Schondube, resalta la diferencia entre aquellos perros y gatos con dueño y sin acceso libre a la calle, los que sí tienen acceso a la calle a pesar de tener dueños, los callejeros y ferales asilvestrados (sin dueño, sin restricción de movimiento y con total independencia alimentaria de los humanos).
Ambas especies están consideradas como dos de las especies invasoras más peligrosas para la fauna silvestre. Según la Base de Datos Global de Especies Invasoras (GISD), el gato se encuentra entre las 100 peores especies invasoras del planeta, ocupando el lugar 38 y es el principal responsable planetario de la extinción de 33 especies de aves desde el siglo XVII. Adicionalmente, los gatos son la principal amenaza potencial para 8% de las especies de aves, mamíferos y reptiles en peligro de extinción.
Los perros, por su parte, aunque no están incluidos en la base de datos del GISD, han sido los causantes de la extinción de 11 especies de vertebrados. Son considerados como una amenaza potencial para 188 especies amenazadas de vertebrados en todo el mundo, las cuales incluyen a 96 especies de mamíferos (de 33 familias), 78 especies de aves (de 25 familias), 22 especies de reptiles (de 10 familias) y 3 especies de anfibios.
En la naturaleza, cada animal cuenta con uno o varios depredadores naturales que ayudan a controlar los niveles poblacionales de las diferentes especies, lo que a su vez permite asegurar el acceso pertinente a los recursos disponibles (agua, alimento, refugio). Los perros y gatos, presentes en todos los ecosistemas del planeta, carecen de depredadores naturales. Además, al ser animales domésticos, la mayoría tiene asegurada la alimentación y el refugio, por lo que sus hábitos de caza podrían considerarse como recreacionales.
Por ejemplo, un solo individuo de gato con dueño lleva a su hogar en promedio 13.4 presas por año. La diversidad de especies nativas que son depredadas por estas mascotas varía entre 6 y 93 especies de vertebrados e invertebrados por gato por año. En Estados Unidos, por mencionar un caso, los gatos con dueño son responsables de hasta 16% del total de la depredación causada por esta especie.
El riesgo que presentan no solo es sensible por otras especies de aves y mamíferos silvestres, sino que también podrían ser peligrosos para los seres humanos. La enfermedad de la fiebre por arañazo del gato, la rabia, la salmonelosis, la toxoplasmosis, el virus de la inmunodeficiencia felina y el parvovirus, son algunas de las enfermedades que transmiten, tanto a los seres humanos como a otros animales. Además, también son sensibles de ser infectados con virus propiamente humanos, como el COVID-19.
Estos datos, lejos de querer demonizar la tenencia de animales como mascotas, lo que buscan es elevar conciencia acerca de la importancia de la tenencia responsable. Un dueño responsable es aquel que se preocupa y ocupa de satisfacer todas las necesidades de su mascota: una nutrición adecuada, un espacio confortable donde descansar, protegido de las condiciones ambientales o climáticas, entre otras cosas.
Otra cosa que reflejan estos datos, es que la mayoría de investigaciones se han hecho en países en donde la densidad y diversidad de vida silvestre es menor que en países considerados como megadiversos, como México, Perú y Centroamérica. Al haber mayor diversidad de vertebrados, así como otros factores como “que la mayoría de los países megadiversos, son naciones en vías de desarrollo con importantes problemas socioeconómicos, vacíos legales y de cumplimiento de leyes para el manejo adecuado de mascotas y especies invasoras, altas tasas de deforestación y en muchos casos, un rápido crecimiento de su frontera agrícola/ganadera”, el impacto de gatos y perros puede ser mayor de lo demostrado en otros países de Europa y Norteamérica.
En México, por ejemplo, se ha documentado que los gatos domésticos están directamente ligados a una “drástica disminución en las poblaciones y la desaparición de la pardela mexicana (Puffinus opisthomelas), la alcita de Cassin (Ptychoramphus aleuticus) y el mérgulo de Xantus (Endomychura hypoleuca)”.
Las condiciones socioeconómicas de los países megadiversos tropicales, hacen de esta problemática una casi invisible para las autoridades y el público en general. “Nuestra relación con estas especies domésticas dificulta que los humanos las percibamos como la grave amenaza ambiental que son”, dice el estudio. A pesar de ello, es importante que se tomen medidas relacionadas con el manejo de estas especies, particularmente de aquellas que no tienen dueño o que tienen libertad para moverse en las calles.
Una de las soluciones que se plantea desde este trabajo, es la de incluir en la educación ambiental el impacto negativo que perros y gatos tienen en los ecosistemas, de no ser manejados adecuadamente. Estas campañas deberían de incluir charlas y ejemplos relacionados con la tenencia responsable de mascotas, los pasos a seguir para reducir la posibildiad de que nuestros perros y gatos sean protagonistas de la reducción de la fauna nativa silvestre y los castigos económicos y penales para quienes hagan caso omiso de estas reglamentaciones.
“Estas campañas deben de nutrirse de la información generada por los proyectos de investigación para presentar información local con la que el público se identifique”, concluye el estudio.
Para acceder al estudio completo, haz clic aquí.