Zonas costeras de Guatemala son clave para las aves playeras migratorias

Historia por: Jorge Rodríguez Fotografía por: William Foley/Unsplash Mar 26, Ene 2021

Con la llegada del invierno en el hemisferio norte, las aves playeras migratorias inician su periplo hacia el sur, en busca de lugares más cálidos para alimentarse y descansar. En ese camino, miles de aves pasan por Guatemala y Centroamérica, lo que hace de esta región una de las más importantes para la conservación de estas aves.

Durante el invierno boreal 2018-2019, por primera vez en Guatemala, se realizó un monitoreo en las zonas costeras para determinar la abundancia y distribución de las aves playeras en el país centroamericano. Según se manifiesta en el estudio «Abundancia y distribución de aves playeras en la costa del Pacífico de Guatemala«, se realizaron muestreos en 44 sitios en los 250 km. de la línea costera guatemalteca, entre las fronteras de México y El Salvador.

Durante esta actividad, se contabilizaron 18,693 aves playeras de 29 especies diferentes. Las más abundantes fueron las del género de Calidris, con un total de 8,009 individuos (42.8%). De ellos, el correlimos gordo (Calidris canutus) fue el más visto, con un total de 4,202 (22.5%), seguidos de especies como el Charadrius semipalmatus (11.1%), Calidris minutilla (10.9%), Calidris pusilla (8.6%) y Himantopus mexicanus (7.3%).

De las especies registradas, nueve están listadas como especies de preocupación alta para la conservación según el Servicio de Caza y Pesca de los Estados Unidos. Estas son: Numenius americanus, Pluvialis dominica, Numenius phaeopus, Charadrius wilsonia, Limosa haemastica, Limosa fedoa, Tringa flavipes, Calidris pusilla y Calidris melanotos.

Otro de los datos relevantes que arroja este estudio, fue que de los 44 sitios monitoreados, los estuarios son los lugares en los que se observó al 72% de los individuos, lo que le da una gran importancia a los canales y humedales del Pacífico guatemalteco.

La protección de los sitios es clave

aves playeras

Las aves playeras migratorias utilizan varios sitios costeros en Guatemala. Foto: Michelle Cintron/Unsplash

13 de los 44 sitios monitoreados están localizados en zonas declaradas como protegidas, tanto a nivel nacional como internacional (granjas camaroneras, salineras y zonas de usos múltiples). En zonas donde no existe ninguna declaratoria de protección, se detectó al 60% de los individuos contabilizados.

Una de las grandes amenazas que estas aves enfrentan, es el disturbio provocado por las poblaciones humanas, particularmente, según el estudio, en épocas de alta densidad de personas (Semana Santa), que es cuando más gente visita las playas del Pacífico. El problema surge debido a que esta época de descanso coincide con la temporada de migración de algunas especies, como es el caso de Charadrius nivosus y Calidris canatus.

«Esto implica que el acceso a alimento y sitios de descanso durante esta época se ve impedido o limitado en el momento en el que las aves requieren acumular reservas de grasa para viajar hasta sus sitios de anidación. La
contaminación por desechos sólidos también aumenta durante estos feriados», señala el documento.

Sin embargo, la mayor amenaza a la que se enfrentan estas especies migratorias, así como las especies residentes, es el manejo de agua por parte de industrias localizadas en estas zonas. La extracción de agua provoca que las bocabarras se cierren, lo que altera los ciclos de la marea y, por consiguiente, los horarios de alimentación de las aves.

El estudio sugiere el uso de sitios alternativos para las aves, como las camaroneras y salineras, en donde se pueden implementar buenas prácticas, que pueden ser utilizadas por las aves en su paso por la zona costera del país.

 

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