Hogar de diferentes especies de mangle, aves, reptiles y peces, Las Lisas es parte del Canal de Chiquimulilla, uno de los ecosistemas más diversos y ricos de Guatemala.
Cerca del 75% de sus pobladores viven, o están relacionados, de la pesca, industrial y artesanal. El otro punto de desarrollo es el turismo, gracias a sus playas de arena negra, los recorridos por el mangle, la posibilidad de ver tortugas marinas y diferentes tipos de aves.
Como la mayoría de playas de Guatemala, Las Lisas es un punto popular para los viajeros, especialmente los guatemaltecos. Y es esto lo que empuja a los habitantes de las aldeas costeras a preservar el entorno natural, ya que es una fuente directa de desarrollo para ellos.
Los manglares son uno de los ecosistemas más importantes y productivos. Su principal característica es su dinamismo, ya que se encuentra en ambientes transicionales (ecosistemas marinos y terrestres).
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Son de gran importancia para la vida silvestre y humana, ya que proveen de sustento, protección y oportunidades de desarrollo. Sin embargo, las mismas actividades humanas (tala, agricultura, sobrepesca) están haciendo que su condición sea de alta vulnerabilidad.
La importancia de los humedales y bosques de mangle radica en que todas las especies vivas que los habitan, incluyendo los humanos, dependen de este ecosistema para subsistir. Las poblaciones locales se valen de lo que el mar y el canal les provee para su sustento diario.
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«A veces lo que pescamos nos alcanza para nuestro consumo y otras veces para la venta», dice Otto Obregón, pescador de la aldea El Chapetón. La comida del mar forma parte de la oferta gastronómica de la zona.
Las playas guatemaltecas son siempre un punto importante para el turismo local y extranjero. Al igual que en las diferentes comunidades a lo largo del canal de Chiquimulilla, hay varias actividades que se pueden realizar en este lugar.
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Avistamiento de aves, tortugas y apreciación del bosque de mangle. Pesca artesanal recreativa y paseos en lancha son algunas de las actividades para realizar. Este ecosistema permite el contacto con la vida silvestre, aunque siempre hay que tomar precauciones para no lastimar a las diferentes especies de animales.
El Instituto Nacional de Bosques (INAB), así como el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) trabajan, junto a otros organismos internacionales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para promover y divulgar la importancia de los bosques de mangle.
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Estos esfuerzos institucionales buscan involucrar a la mayor cantidad de población posible, para que se entienda el peligro que corren estos ecosistemas y que es responsabilidad de todos protegerlos.