Con la llegada de la Semana Santa, miles de personas se trasladan hacia manglares, playas, ríos, montañas y lagos, para aprovechar el descanso, y tener contacto con la naturaleza. Es por ello que insitituciones en Guatemala como el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), hacen un llamado para que los visitantes respeten el espacio y la vida de los animales silvestres, ya que el equilibrio biológico de muchos ecosistemas se pone en riesgo durante esta temporada.
«En la época de Cuaresma y Semana Santa, se realizan actividades de captura, comercio y consumo ilegal de diferentes especies de animales silvestres. El Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- a la población en general reitera que, colectar, transportar, intercambiar o comercializar, ejemplares vivos o muertos, partes o derivados de animales silvestres, es un delito tipificado en la Ley de Áreas Protegidas, Decreto 4-89 del Congreso de la República de Guatemala, cuya sanción corresponde de 5 a 10 años de prisión y multa de Q10,000.00 a Q20,000 (US$2600)», dijo la institución en un comunicado.
Entre las especies que se capturan ilegalmente durante esta época están los cocodrilos, pejelagartos, iguanas verdes, y el pez vela, que se vende en los mercados cantonales como filete, debido a la ausencia de espinas en su carne. «en esta época se incrementa la pesca ilegal para su comercio y consumo, realizando una actividad no selectiva e indiscriminada, capturando y sacrificando ejemplares que no han alcanzado la talla reproductiva, lo que disminuye su posibilidad de reproducción y conservación».
El problema con el consumo de carne de animales, es que el Gobierno de Guatemala aún no cuenta con estudios específicos que dejen claro que el consumo de carne de especies no autorizadas, sea seguro para la salud humana. «es importante realizar estudios específicos sobre enfermedades que los animales transmiten a las personas (Zoonosis), ya que el manejo de las carnes obtenidas de origen silvestre es inadecuado y puede generar efectos en la salud del ser humano que las consuma».
Otro llamado, va dirigido a las personas que se transportan en lanchas y botes por canales y lagos dentro de áreas protegidas, como el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic y otros en el Caribe guatemalteco, así como dentro del Parque Nacional Sipacate-Naranjo, que son hábitat de manatís y tortugas, respectivamente, y que sufren debido a la falta de conciencia de las personas, quienes manejan a altas velocidades en los cuerpos de agua, poniendo en riesgo la vida de estas especies.
«Durante este año, hemos registrado la muerte de 3 tortugas», dijo Bianca Bossareyes, bióloga que trabaja para la protección de las tortugas marinas en la zona del Pacífico de Guatemala. Añadió que los individuos muertos, eran tortugas verdes (Chelonya midas).