Los manatíes (Trichechus manatus manatus) son mamíferos marinos herbívoros, que habitan las cosas del Atlántico de América, desde la Florida, en Estados Unidos, hasta zonas de Colombia y Venezuela. La pérdida de su hábitat y el aumento de la población humana, lo han colocado en en el listado de especies en peligro de extinción.
Por ello, el 7 de septiembre de cada año, se celebra el Día Internacional del Manatí, con el objetivo de hacer un llamado público para promover acciones de protección de este mamífero, único en su tipo y especie. De no ser por la presencia humana en sus hábitats, este pariente de los elefantes podría llegar a vivir hasta los 60 años.
En Centroamérica, solamente en El Salvador no se distribuyen estos animales, y en todos los países existen leyes de conservación que datan, en algunos casos como Guatemala y Costa Rica, desde la década de 1950.
Según la fundación Save the manatee, «el manatí antillano esta listado como en peligro en el Apéndice I de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres); lo cual prohíbe el comercio de cualquier producto originando de los manatíes. Está considerado como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A nivel internacional, todos los sirenia están protegidos por el protocolo de la convención de Cartagena (SPAW) la cual prohíbe de tomar, matar, comprar o vender manatíes, incluyendo partes o productos hechos a partir de manatíes».
La UICN realizó un mapa en el que se detalla la existencia de hasta 33 sitios diferentes en todo el istmo centroamericano. Honduras (13) y Panamá (7), son los dos países con mayor cantidad de sitios en los que los manatís se desarrollan. Les siguen Belice (5), Nicaragua (4), Guatemala (3) y Costa Rica (1).
Los manatíes son animales apacibles y lentos. La mayor parte de su tiempo se dedican a comer, descansar y viajar. Los manatíes son mayormente herbívoros, sin embargo, en ocasiones pueden ingerir pequeños peces e invertebrados junto con la vegetación, la cual es la dieta normal de un manatí. Se alimentan de una gran variedad de plantas emergentes, sumergidas y flotantes y pueden consumir el 10-15% de su peso corporal, a diario, en vegetación.
La conservación de este mamífero, se basa en cinco diferentes estrategias, que buscan preservar su hábitat, evitar su caza y las muertes accidentales a consecuencia de golpes con embarcaciones humanas.