El fenómeno de los zompopos de mayo en Centroamérica
En la región de América Latina, el mes de mayo es testigo de un fenómeno natural que ha capturado la atención de las comunidades locales durante siglos: la llegada de los zompopos de mayo. Estas hormigas aladas, científicamente conocidas como Atta cephalotes, emergen en grandes cantidades de sus hormigueros en busca de pareja y para establecer nuevas colonias. Este fenómeno se conoce como «vuelos nupciales».
En una colonia de hormigas, existen diferentes tipos de individuos, como las reinas que se encargan de la reproducción, las obreras que trabajan para abastecer alimento al nido, y las hormigas aladas macho y hembra, que salen del nido en determinados momentos. Durante la época lluviosa, cuando hay más alimento disponible, es más común ver a estas hormigas aladas.
Estas hormigas con alas son machos y hembras vírgenes provenientes del nido. Durante el año, se preparan para salir a buscar pareja y establecer sus propios nidos. Forman enjambres en el aire, donde se encuentran con machos y hembras de nidos cercanos. En el enjambre, seleccionan a sus compañeros y posteriormente aterrizan. Una vez emparejadas, buscan un lugar adecuado para comenzar a construir su propio nido y formar su colonia. Los machos mueren poco después del apareamiento, mientras que las hembras fecundadas pierden sus alas, ya que no las necesitan más. Excavan un orificio en el suelo para enterrar sus primeros huevos y, una vez que la colonia se establece y crece en número, comienzan a construir un nuevo hormiguero.
En Guatemala, por ejemplo, en lugares como San Martín Jilotepeque, un municipio en el centro del país, los zompopos de mayo son una delicatessen culinaria y en donde es común recolectar y consumir estos insectos durante su temporada, que generalmente comienza en junio. Los zompopos de mayo son ricos en proteínas y nutrientes, y se pueden comer tostados en comal de barro o metal, aderezados con mantequilla, sal y limón. Su sabor se asemeja al de maní tostado y es apreciado por su textura crujiente.
En los mercados locales al occidente de la Ciudad de Guatemala, se pueden encontrar bolsas de zompopos a precios asequibles. Por alrededor de Q10 quetzales (aproximadamente US$1.50) se puede adquirir media libra, y por Q20 quetzales (unos US$2) se puede obtener una libra de estos insectos, convirtiéndolos en una opción económica y sabrosa para los visitantes y lugareños.
En algunas regiones de Guatemala, los zompopos de mayo se convierten en una opción gastrónomica llena de proteínas y tradición. Foto: Carlos Duarte/Viatori
El Baile de los Zompopos: Tradición y Delicatessen en la Isla de Ometepe
En la pintoresca isla de Ometepe, ubicada en el corazón del Lago de Nicaragua, se celebra una festividad única y llena de historia: el Baile de los Zompopos en honor a San Diego. Según cuenta la leyenda, hace muchos años la isla fue azotada por una plaga de zompopos, unas hormigas gigantes conocidas como zompopos de mayo. Los habitantes, devotos de San Diego, llevaron al santo en procesión y bailaron al ritmo de ramitas, pidiendo su ayuda para acabar con la plaga. Y así sucedió, la plaga terminó.
Esta historia de devoción y agradecimiento dio origen a la tradición del Baile de los Zompopos, que se lleva a cabo cada año los días 16 y 17 de noviembre. La gente acude desde diferentes lugares para participar en esta festividad que se ha convertido en un verdadero espectáculo. Avioncitos, tauretes y caballitos mecánicos se instalan para diversión de niños y adultos, mientras que los puestos de comida y bebida ofrecen una amplia variedad de delicias locales.
Pero esta festividad no sería lo mismo sin dos personajes destacados: don Ricardo Barrios Urtecho, conocido en la isla como Richard Nixon, y don Tino Angulo. Don Ricardo es un animador nato, organizador de fiestas y comentarista de toros. Su presencia es imprescindible en todas las celebraciones de la isla. Don Tino, por su parte, es un talentoso músico de 80 años de edad y ha sido el responsable de mantener viva la música del tambor en Ometepe durante décadas.
En Ometepe se realiza una danza tradicional dedicada a los zompopos de mayo. Foto: Bailalenic
Don Tino comienza a ensayar con su tambor dos meses antes de la festividad. Recorre las calles del pueblo, cargando su instrumento con pasión y dedicación. Si alguien le pide tocar un ritmo en su casa, no duda en reunir a sus vecinos, buscar los bombos y comenzar la música. Los ritmos resuenan fuertemente, creando un ambiente festivo y alegre. Don Tino, serio y concentrado, se entusiasma cada vez más mientras toca. Su rostro se ilumina de felicidad, transportándolo a los recuerdos de los ochenta años que ha dedicado al tambor y las fiestas.
El Baile de los Zompopos en la isla de Ometepe es mucho más que una festividad folclórica. Es una tradición arraigada en la devoción y la gratitud, donde la música del tambor y el sabor de los zompopos se entrelazan para crear una experiencia única. Cada año, la isla se llena de alegría y celebración, recordando la leyenda que dio origen a esta festividad tan especial.
*con información de Bailaenic