Organizaciones indígenas y afrodescendientes exigen poner fin a proyectos de desarrollo que aceleran el cambio climático, arrasan con sus territorios y con sus pueblos.
Más de 70 organizaciones de todo el continente americano, agrupadas en una coalición continental conocida como Movimiento de la Liberación Negra e Indígena (BILM), presentaron una «contundente declaración», en la que se pide a diferentes organismos gubernamentales, estatales y entidades internacionales y de cooperación, para que se actúe contra el racismo, la discriminación, y el colonialismo que hoy viven estos grupos. En un comunicado compartido por el Movimiento, se exige también «poner fin a proyectos de desarrollo que aceleran el cambio climático, y arrasan con sus territorios y sus pueblos».
«Estamos en un momento de la humanidad en que debemos estar unidos para enfrentar grandes retos como el cambio climático o la devastación de la naturaleza. Pero esto no puede darse si antes no enfrentamos problemas como el racismo o la discriminación. Por esto estamos unidos en BILM, porque no puede haber justicia climática, sin justicia racial», explicó Leonardo Cerda, joven indígena kichwa de Ecuador y fundador de BILM.
Por su parte, Majo Andrade, miembro de la Guardia Indígena Yuturi Warmi, expresó: «La unión de los pueblos indígenas y afrodescendientes en este Movimiento de Liberación es un hecho sin precedentes. Estamos consolidando esta lucha colectiva con más fuerza. Al unirnos generamos más capacidades y visibilización de este proceso reivindicativo».
Con motivo de estas peticiones, varias organizaciones integrantes de BILM, realizarán una serie de acciones de resistencia y visibilización en Estados Unidos, México, Honduras, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Brasil, República Dominicana, Suriname y España. «Estas acciones buscan llamar la atención internacional y elevar el nivel de conciencia entorno a la discriminación, el racismo y el colonialismo».
Además del comunicado de prensa, BILM presentó un documento en el que resaltan varias peticiones de los pueblos, que van en la línea de exigir medidas de compensación y reparación de parte de los Estados hacia las poblaciones indígenas y afrodescendientes.
Según Naciones Unidas, a pesar de que las poblaciones indígenas solamente representan el 5% de la población mundial, estas llegan a conformar hasta el 15% población extremadamente pobre del mundo y un tercio de los pobres rurales. El 8% de la población indígena vive en América Latina, mientras que en Asia, principalmente en China, habita el 75% de los indígenas del planeta. En esa misma línea, el Banco Mundial el Banco Mundial publicó cifras que sostienen que los pueblos indígenas representan el 14% de población empobrecida y el 17% de la población extremadamente empobrecida en América Latina.
Asimismo, la CEPAL asegura que la evolución de la pobreza y la pobreza extrema son más elevadas en personas indígenas y afrodescendientes en Latinoamérica, que representan el 48,8% y el 17,9% de la población empobrecida, respectivamente.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) asegura que el acceso a la educación de la población indígena es de 2,1% a la escuela secundaria y 20,5% a la educación primaria. Incluso, afirma que la población indígena cuenta con menor acceso a servicios de salud.
Por razones como esta, las demandas para los organismos internacionales y gobiernos son:
Medidas de compensación y reparación a nivel nacional, regional e internacional para resarcir las injusticias de las que han sido víctimas hasta la fecha de hoy contra nuestros pueblos.
Respeto a los territorios, bosques, ríos, biodiversidad y minerales dentro y fuera de los territorios indígenas y afrodescendientes, pues no son recursos a ser explotados; por el contrario son fundamentales para nuestra vida y para la vida en el planeta.
Que los Estados y empresas respeten y garanticen nuestros derecho al territorio, la autodeterminación y al manejo de todos los recursos contenidos en nuestras tierras, pues estamos cansados de ver como el modelo colonial-extractivista arrasa con la naturaleza y con nuestras comunidades.
Cese a la criminalización de nuestros hermanos y hermanas que han sido asesinados, asesinadas, y agredidos por defender nuestros territorios, nuestros bosques, nuestra cultura y nuestra vida.
Combatir la desigualdad y la injusticia que vivimos los pueblos indígenas y pueblos afrodescendientes que en nuestro día a día se traduce en mayores dificultades para el acceso a empleo digno, educación y servicios de salud, entre otros.
Eliminar de los espacios públicos, los simbolos y monumentos que representen el colonialismo, genocidio, y supremacía blanca.
Proteger, conservar y manejar de manera sostenible al menos el 80% de la Amazonía y otras áreas de vital importancia para el planeta para el 2025, en colaboración con los pueblos indígenas y afrodescendientes, reconociendo nuestros liderazgos.
«Exigimos que reconozcan los daños causados a nuestros pueblos y territorios y demandamos acciones de reparación. Al mismo tiempo hacemos un llamado a superar las relaciones de pensamiento colonial y discriminación que no nos permite avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria», expresó Gema Tabares, represante del colectivo Afro Caracolas Saberes Itinerantes, de México.