Aunque el reciclaje es una actividad a la que la mayoría de Estados centroamericanos pone poca atención, existen diferentes movimientos no gubernamentales y privados, que buscan concientizar a la población acerca de la importancia de la reutilización, en busca de reducir el impacto negativo en la naturaleza.
Además de promover y enseñar buenas prácticas de reciclaje, también proveen de labor social, que ha incluido mediación en conflictos entre autoridades y población relacionados a este tema. Uno de estos ejemplos es en Roatán, Honduras, en donde el nulo manejo de desechos provoca que depósitos de basura se organicen a la orilla del mar, contaminado el arrecife de coral cercano.
En Guatemala, existe una organización llamada GuateSostenible, que se dedica, desde hace varios años, a crear e implementar una cultura de reciclaje en el país. Rodrigo Espinosa, Director de la organización, dice que “la iniciativa, conocida como EcoMarket, ha sido un evento en el cual se ha logrado acopiar y recolectar material a reciclar desde 2015. Los recursos obtenidos del material acopiado, se ha donado siempre a organizaciones como WWF Mesoamérica, Scouts y algunas iniciativas particulares como operaciones e intervenciones de bebés, por ejemplo”.
Asimismo organiza, junto a a otras organizaciones ecológicas y una universidad privada, el EcoReto, una actividad que brinda la experiencia del reciclaje al estudiante profesional. En conjunto, desde que inició esta actividad en 2018, se han acopiado más de 100 mil libras de material a reciclar en sus distintas versiones durante los semestres que se ha llevado a cabo.
De la misma manera, la organización en sus redes sociales promueve a través de recursos audiovisuales como videos, la educación y las buenas practicas de la separación de materiales de desecho y de reciclaje, para que todos los guatemaltecos en casa puedan empezar a separar su basura, y así facilitar a los recicladores de los vertederos, botaderos y rellenos sanitarios en todo el país.
“El servicio de extracción de basura lo efectúa semanalmente la municipalidad (de Roatán). Pero los residuos, además de no ir clasificados, llegan directo a un botadero a cielo abierto situado al lado de un humedal y frente a un manglar, por lo que los lixiviados terminan en el mar y en el arrecife de coral”, relata Gisselle Brady, directora de programas de Bay Island Conservation Association (BICA-Roatán), en una nota publicada en la página del Sistema Arrecifal Mesoamericano” (MAR Fund, en inglés).
Tanto BICA-Roatán como MARFund promocionan el proyecto “Promoción de nuevas actividades productivas y educación ambiental relacionada al reciclaje de materiales descartados para el manejo adecuado de los desechos sólidos (Fase I y II)”. Dentro de este proyecto se realizan acciones con los trabajadores que recolectan basura; apoyo psicológico y educación, para que puedan tener opciones de superación mientras trabajan en los vertederos.
La idea es combatir la baja autoestima que los “pepenadores”, como se les llama peyorativamente, sufren debido a los bajos niveles de escolaridad con los que viven. Este proyecto busca que aprendan a quererse y valorarse, así como ver a su trabajo como lo más importante para el planeta y la humanidad. En esa línea, se busca que se les conozca como “recicladores”.
BICA-Roatán espera a que el Ministerio de Ambiente de Honduras, apruebe un curso sobre sobre reciclaje y clasificación de residuos sólidos en la planilla escolar, y tiene planificado que dicho curso sea implementado en todas las escuelas de las islas hondureñas.
El camino para que la población en general aprenda a separar adecuadamente sus desechos todavía es largo, pero gracias a la preocupación y el trabajo en el tema de organizaciones como MAR-FUND, BICA-Roatán y GuateSostenible, el mismo ya ha comenzado a ser pavimentado, y se espera que la toda la gente en general pueda hacer esto, en beneficio de ellos mismos, del medio ambiente y para el Planeta Tierra.