Inspirado en un movimiento holandés de reciclaje de plástico, Ronny Castillo, presidente de la Fundación Madre Tierra Verde, con sede en Curridabat, cantón de San José, Costa Rica, creó la iniciativa Plástico Precioso.
La idea es cambiar de mentalidad, empezar a ver a los desechos plásticos, no como basura, sino como materia prima potencial para la creación de otros productos útiles para la vida del ser humano moderno. Bajo ese principio nació Precious Plastic, una iniciativa holandesa que añadió la idea de «código abierto» al negocio del reciclaje.
«Los responsables de Precious Plastic llevan varios años trabajando en un proyecto Open Source que permite construir una planta de reciclaje de plásticos casera. Una serie de máquinas que podremos conseguir fácilmente, permitirán reaprovechar el plástico que tiramos para, por ejemplo, usarlo de filamento para impresoras 3D», contaba Javier Pastor, en un artículo publicado en Xataka.com en 2016.
«Nosotros, lo que hemos estado tratando de desarrollar, con Plástico Precioso, es una comunidad latinoamericana en español, en donde todos estos procesos y todas estas herramientas estén en nuestro idioma y que podamos ir conectándonos poco a poco», comentó Ronny.
Gracias a la utilización de una maquinaría DIY (Do It Yourself) diseñada y creada por la gente de Precious Plastic, cualquier persona con un deseo de emprendimiento y un anhelo por ver al mundo con menos plástico, puede convertirse en un empresario de reciclaje.
El trabajo de Rony, con el apoyo de la Embajada de los Países Bajos en Costa Rica, ha sido el de acercar estas herramientas útiles a toda la región centroamericana y así poder crear comunidades abiertas de reciclaje, que además de crear soluciones para el problema del plástico en la región, permite a las personas crear productos con un alto valor agregado, a partir de la reutilización de materiales.
«Nosotros tenemos dos artículos, fuera de lo que la comunidad ofrece, que son llaveros personalizados, así como la base plástica para parlantes de Bluetooth», cuenta. La comunidad pone a disposición la posibilidad de crear desde planchas hechas a partir de plástico triturado, hasta sillas y muebles de diseño.
«En distintos vídeos y tutoriales es posible construir una trituradora, una máquina de moldeo por compresión, otra por inyección y una máquina que permite obtener filamento plástico para impresoras 3D. Aunque algunos componentes son más delicados, la mayoría podrían ser obtenidos en una chatarrería para luego ser reaprovechados -reciclaje a partir de componentes reciclados, fantástico- y la idea es la de ir creciendo en cuanto a posibles máquinas que ayuden en este proceso».
Luego de poco menos de un año de trabajo en Costa Rica, Plástico Precioso busca expandir su alcance a toda la región centroamericana. Gracias a la mentalidad de Open Source, cualquier persona o grupo en los países del istmo pueden sumarse a este nuevo movimiento.
«Lo que queremos es no solamente transmitir conocimiento y técnicas, sino también transferencia de tecnología, para que diferentes centros de acopio puedan desarrollar productos de valor agregado con el plástico que recogen», dice Ronny.
En la página web plasticoprecioso.org, están a disposición todos los planos y tutoriales para la construcción de la maquinaria de procesamiento de plásticos y la creación de subproductos a partir del mismo. «Lo que buscamos es hacer una comunidad, alimentando a personas con personas con técnicas y herramientas que se utilizan para ciertos procesos», añade.
Países como los centroamericanos, en donde el manejo de los desechos sólidos es bastante ineficiente, un proyecto como este se presenta como una gran oportunidad de disminuir el impacto que ejercemos sobre las áreas naturales, especialmente en ríos y lagos.
Pero, además de reducir dicho impacto, también existe la posibilidad de generar oportunidades de desarrollo para diferentes sectores de la población. Como dicen los responsables de la idea original, «el reciclaje descentralizado puede crear mercados que la fabricación de gran escala no puede cubrir, especialmente en los países en desarrollo».