Los pueblos Mayas y la lucha por sus derechos en Guatemala

Historia por: Jorge Rodríguez Fotografía por: Jorge Rodríguez Dom 8, Ene 2023

El 29 de diciembre de 1996, el Gobierno de Guatemala y representantes de grupos civiles armados disidentes firmaron los Acuerdos de Paz firme y duradera, lo que puso fin a 36 años de guerra interna en el país centroamericano, que dejó un saldo de más de 250,000 personas muertas, la mayoría de origen indígena, y otras cientos de miles de desaparecidas.

Durante ese período de violencia, cientos de miles de guatemaltecos de ascendencia Maya fueron perseguidos y masacrados, en lo que muchos expertos, antropólogos e historiadores han calificado como genocidio estatal, perpetrado por las mismas autoridades guatemaltecas hacia la población indígena del país.

Con la firma de los Acuerdos de Paz, no solo se puso fin al enfrentamiento armado, sino que también se introdujo las bases necesarias para un desarrollo en paz y augurar un futuro moderno para el país, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El documento firmado entonces por representantes de la Unidad Revolucionara Nacional Guatemalteca (URNG) y representantes del Gobierno guatemalteco, contiene 17 puntos redactados con la intención de “garantizar y proteger la plena observancia y el respeto de los derechos humanos” de los guatemaltecos.

Sin embargo, 26 años después, los representantes de los Pueblos Mayas afirman que durante estas dos décadas y media, si bien existen algunos avances en materia de derechos humanos en el país, en lo referente al Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, existe un “incumplimento del Estado de Guatemala para garantizar el reconocimiento de la identidad de los pueblos indígenas, como elemento fundamental para la construcción de la unidad nacional”.

De acuerdo a un comunicado emitido por la Asociación de Sacerdotes Mayas de Guatemala, “este incumplimento tiene raíces estructurales, donde se combinan condiciones sistemáticas y decisiones sectoriales y políticas, orientadas al mantenimiento del estado de desigualdad de la sociedad”.

Los pueblos indígenas Mayas de Guatemala denuncian un “estado de desigualdad” que afecta sus derechos como Pueblos Originarios. Foto: Jorge Rodriguez/Viatori

Racismo y discriminación

El pasado 29 de diciembre, varios representantes de la Asociación de Sacerdotes Mayas (ASMG) se citaron en el Parque Arqueológico Kaminaljuyú, ubicado en el centro de la Ciudad de Guatemala, para realizar una ceremonia de fuego para conmemorar la firma de la paz, así como para purificarse y fortalecerse física, mental y espiritualmente de cara al inicio de un nuevo año calendario.

El evento fue también realizado para hacer un llamado a la unidad de los cuatro grandes pueblos que conforman Guatemala (Maya, Garifuna, Xinca y Mestizos) en contra de la falta de acciones de parte del gobierno para crear y aplicar soluciones a las problemáticas sociales, económicas y políticas que vive el país en la actualidad.

“En estos años de supuesta paz lo que ha habido es un retroceso. No hemos visto un avance en el tema de 23 leyes que están en el Congreso de la República”, dijo Marcelo Vicente, integrante de la ASMG. “Lo que hemos visto más son desalojos, despojos, persecución a guías espirituales y practicantes de la espiritualidad maya”, añadió.

La falta de oportunidades y acceso a derechos básicos como agua, salud, educación e infraestructura, es una constante que experimentan los integrantes de los Pueblos Mayas, lo que les impide un desarrollo pleno social y económico. De acuerdo con el informe Situación de los Derechos Humanos en Guatemala, publicado en 2016 por la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 75% de la población indígena en Guatemala es pobre, en comparación con un 35% de la población no-indígena. Además, se estima que más de 3 millones de habitantes con ascendencia Maya carecen de acceso a agua potable.

En cuanto a la educación, hay zonas rurales del país en donde hasta el 90% de las mujeres indígenas adultas indígenas son analfabetas y carecen de programas básicos de salud. Además, la ASMG expresa que los pueblos indígenas continúan siendo objeto de actos de racismo y discrimación “incluso linchamientos y asesinatos de hombres y mujeres que practican la espiritualidad maya”.

La exclusión y otras realidades que experimentan los pueblos indígenas en Guatemala, es consecuencia de una “discriminación estructural”, según el informe publicado por la OEA. Esto los coloca en “una situación pobreza y pobreza extrema [y que] uede observarse en distintas esferas, incluyendo la propiedad de la tierra, el acceso a servicios básicos, condiciones laborales, acceso a la economía formal, la participación en la toma de decisiones y en las instituciones del Estado, y representación en los medios de comunicación y debate público”.

Varios guías espirituales Mayas realizaron una ceremonia de fuego para hacer un llamado en contra de la discriminación que viven los Pueblos Indígenas de Guatemala. Foto: Jorge Rodriguez/Viatori

Hacia la unidad

Las históricas condiciones de exclusión que viven los Pueblos Originarios en Guatemala no son obstáculo, sin embargo, para que hagan un llamado a la “unidad” de toda la población guatemalteca, ya que, siempre según el informe de la CIDH, “la gran mayoría de guatemaltecos no viven en un lugar libre de violencia”.

Siguiendo sus creencias y prácticas ancestrales, es a través del “fuego sagrado” que piden la unidad y la purificación de las personas para alcanzar un equilibrio mental, físico y espiritual que se traduzca en un beneficio para todas las formas de vida en el planeta, incluyendo a la Madre Tierra.

Alejandro Tiul, guía espiritual Maya, resalta que las ceremonias de fuego les permiten “purificarse y fortalecerse” para buscar la paz y tranquilidad con la que todas las personas del mundo anhelan vivir. “En el mundo hay mucha guerra. La gente se muere de hambre, de sed, de pobreza, porque hay unos pocos que solamente piensan en el beneficio económico. Nosotros estamos aquí por la espiritualidad”, dijo.

A pesar de estas buenas intenciones, de la misma forma denuncian la dificultad con la que viven al momento de manifestarse mediante sus prácticas ancestrales. “Aún se trata de invalidar y deslegetimar las formas ancestrales y comunitarias” y es por ello que hacen un llamado a la unidad de los cuatro grandes pueblos guatemaltecos, “porque ya no podemos continuar solo los pueblos Mayas o Xinca, sino que tenemos que hacer una unificación e inclusión de los pueblos. La división no nos lleva a ningún lado, por lo que estamos conscientes que tenemos que hacer una lucha espiritual inclusiva, con la participación de todos los pueblos guatemaltecos”, finalizó Vicente.

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