Francisco Asturias, Director del Biotopo Río Azul – Dos Lagunas, en el norte de Guatemala, y renombrado conservacionnista y defensor de la vida silvestre, afirma que los incendios que asedian al país centroamericano, son provocados por personas con intereses particulares.
“Los finqueros e invasores de las áreas protegidas. Ellos son los principales responsables en los incendios”. Ya sea para abarcar más área en sus terrenos, en el caso de los primeros, o para usarlos para distraer a las autoridades, en el caso de los segundos.
“El 99% de incendios son provocados. Aquí no pasa como en los parques naturales de Estados Unidos, que un rayo te puede encender un incendio. Aquí son agrícolas o para extensiones ganaderas», dice Asturias. Añade que se dan casos en que los fuegos se usan como distractores de parte de grupos ilegales. “Por ejemplo: mientras que el gobierno esta echándole penca al coronavirus y los incendios, ¿quién esta investigando los saqueos de madera como los que hemos visto desde la semana pasada en el norte y que se dan en Paxbán? Nadie verdad, solo los detectamos, los denunciamos pero ahora CONAP con todo su personal está echando punta en los incendios”.
Dice que su equipo ha detectado “movimientos sospechosos” de grupos grandes de personas en las zonas limítrofes entre Guatemala, Belice y México. Esto ahonda en la complejidad, a la hora de tomar acciones, ya que los esfuerzos de las autoridades están centrados en la pandemia.
Todo esto suma a una serie de limitaciones que, históricamente, Guatemala ha tenido a la hora del resguardo de sus recursos naturales, principalmente en el norte del país. Madera, restos arqueológicos o tierra para la ganadería y la agricultura, estos son algunos de los objetivos de quienes destruyen los bosques.
A esto hay que añadir que, según la opinión de Asturias, el Estado guatemalteco no cuenta con personal calificado para solucionar estas situaciones. “Las decisiones son tomadas por gente que no conoce el tema, ni siquiera conoce del área, y si no conocen el área no conocen la problemática”, denuncia.
El director del Biotopo Río Azul-Dos Lagunas también mostró su frustración porque recursos que deberían de usar para esfuerzos de protección y conservación de la naturaleza, deben de ser desviados al combate de los incendios forestales.
El conservacionista informó sobre unos entre 17 y 20 incendios forestales menores en el área de la Reserva de la Biosfera Maya, que están siendo atendidos por Brigadas Forestales de las Comunidades Forestales, pero denunció sobre cinco grandes incendios que amenazan con unirse, y que tienen el potencial de destruir la biosfera misma. “Hay varios fuegos activos y vienen 5 fuegos más desde Laguna del Tigre, y uno de ellos mide mas de 10 kilómetros de ancho, entonces ya el fuego está penetrando y si estos fuegos se unen, son del ancho de la RBM. Vamos a tener que invocar a todos los dioses para que nos ayuden a apagar ese fuego”, se lamentó.
Francisco Asturias, quien toda su vida ha dedicado a esfuerzos de conservación de la naturaleza en Guatemala, indica que hay varias soluciones que se podrían implementar, de tener el interés de llevarlo a cabo.
Lo principal es dotar de mayores recursos a las instituciones encargadas de velar por la seguridad de las zonas naturales protegidas, como el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap). Así mismo, sugiere que hay que asignar mayor personal, para que realicen trabajo de prevención, de instituciones como la Policía Nacional Civil (PNC) y ejército, y así se evitar que las personas inicien fuegos.
A largo plazo, habla sobre la remoción de finqueros e invasores de áreas protegidas, e incluso de la reducción de la frontera agrícola y los terrenos de pastoreo para ganaderos en las áreas cercanas a la RBM y Laguna del Tigre en el Petén. “El día que haya gobernabilidad en las áreas protegidas, será más difícil que se destruyan” enfatiza Asturias.