El inframundo (Xibalbá)

Historia por: Jorge Rodríguez Fotografía por: Jorge Rodríguez Jue 22, Sep 2016

Pocas veces en la vida, la terrenal al menos, podemos experimentar la sensación de ingresar a un mundo lleno de misticismo e historia y considerarlo una aventura. El Inframundo, o Xibalbá como lo llamaban los Antiguos Mayas, era el lugar donde convivían los espíritus de hombres, dioses, estrellas, árboles y animales después de la vida.

En las puertas de la comunidad Candelaria, Alta Verapaz, se encuentra el ingreso a este mundo que los mayas consideraban el reino de la muerte y la enfermedad. Contrario a lo que pensaban los invasores españoles del siglo XV, este no era precisamente el infierno, sino un dominio esencial en el ciclo de vida, sin ser considerado un castigo eterno.

Las comunidades locales están a cargo del manejo turístico de esta zona. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Las comunidades locales están a cargo del manejo turístico de esta zona. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Durante la época prehispánica, Xibalbá (en k’iche’ Xib’alb’a , ‘Lugar oculto’), era gobernado por las deidades Hun-Camé y Vucub-Camé, pero hoy es regido por los pobladores locales, con el objetivo de preservar el patrimonio cultural, natural e histórico de la zona (forman parte del Parque Nacional Cuevas de Candelaria, creado 1999 y posteriormente declarado sitio sagrado de los Maya Q’eqchi’).

Según el relato del Libro Sagrado de los Mayas, el Popol Vuh (Popol Wuj, ‘Libro del Consejo’), los gemelos divinos Hunapú e Ixbalanqué descendieron a este lugar para luchar contra los señores de Xibalbá, encuentro que se saldó con la muerte de los regidores del Inframundo y la ascención de los gemelos.

A medida que se ingresa dentro de las cuevas, la oscuridad se apodera del entorno. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

A medida que se ingresa dentro de las cuevas, la oscuridad se apodera del entorno. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Con sus formas rocosas, estalactitas, estalagmitas y ríos que corren bajo la tierra, lagunas con peces ciegos y luminosos, las cuevas cautivaron el espíritu y la imaginación de los hombres antiguos.

Bajo las entrañas de la tierra

“Descendieron al camino que lleva a Xibalbá, de pendientes muy en declive (…) En seguida llegaron al borde del río de la Sangre [y] allí pasaron sin beber. Llegaron a otro río, de agua solamente; no habiendo sido vencidos, lo pasaron también”, cuenta el Popol Vuh.

Las formaciones rocosas son impresionantes. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Las formaciones rocosas son impresionantes. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Aparte de las cuevas, también se podía acceder a Xibalbá, según la leyenda, por medio de las ramas de la Ceiba, árbol símbolo guatemalteco, y por los cráteres de los volcanes activos.

Además del atractivo histórico y mágico que tienen las cuevas de esta zona, que según Juan Rivera, del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), tienen una extensión de 80 km, son un punto excelente para la espelología y el tubing (recorridos sobre el río subterráneo sobre tubos de hule).

Las grutas de Lanquín son, además, un hábitat natural para los murciélagos que, al caer la tarde, son un espectáculo impresionante cuando salen de las cuevas hacia el bosque en busca de alimento. Estas cuevas, son atractivas por sus curiosas formaciones rocosas de animales, además de ser un centro ceremonial para los mayas q’eqchi’ que habitan la zona.

Puerta al Mundo Maya

Bombil Pek (‘Piedra pintada’ en q’eqchi’) es otro punto importante ya que en ella se encuentran algunas evidencias gráficas de la vida de los antiguos mayas pintadas en las paredes de las cavernas. Conocido como la Puerta al Mundo Maya, estas cuevas forman parte de una serie de productos turísticos manejados exclusivamente por las comunidades locales.

El objetivo, además de brindar al turismo experiencias únicas, es devolver a la población indígena el manejo de su patrimonio histórico y cultural, contribuyendo así a la conservación de los recursos naturales y culturales de esta zona. Los destinos de Puerta al Mundo Maya están ubicados convenientemente en puntos accesibles desde Flores, Petén, Cobán Alta Verapaz, y la ciudad de Guatemala. 

Para conocer más acerca de estos destinos puedes visitar la página del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SIGAP) y la de la Puerta al Mundo Maya.

*Este viaje se hizo gracias al Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT)
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