“La gente fuera de Guatemala no tiene conciencia de dónde estamos ni de que existimos. Solo al momento de mencionar Tikal tienen una idea relativa de nuestra existencia”. Eso es lo que dice un dirigente de la Asociación Balam, organización que trabaja por el mantenimiento y promoción de la Reserva Biósfera Maya (RBM), en Petén, al norte del país.
Sin embargo, todos sabemos que esta tierra centroamericana es más que sus icónicos destinos, como Antigua Guatemala y el Lago de Atitlán. Sin ir más lejos, a solo 23 kilómetros del Parque Nacional Tikal, se encuentra un sitio cuya importancia histórica se ha subestimado durante décadas, Uaxactún.
Después de unos 10 años de haberla visitado por primera vez, he de confesar que, atrapado por el marketing y el desconocimiento, mi primera reacción al estar de nuevo en Uaxactún fue de escepticismo. También debo de admitir que, para mi alegría y sorpresa, este sitio tiene más que ofrecer de lo que uno imagina.
Descubierta en el año 1916 por arqueólogos estadounidenses, el sitio fue el primer lugar en donde se sentaron las bases para la investigación de la Civilización Maya. Su nombre original era Siaan Ka’an, o Nacida del Cielo en lenguaje común. Fue bautizada como Uaxactún luego de que se encontrara una estela con el número 8 tallado en ella: Uaxac=ocho, Tun=piedra.
Durante mi primera visita, recuerdo que pensé «que lugar más pequeño», sin embargo el sitio arqueológico está divido en dos partes. Por un lado, el más popular, están los Grupos D, E, F y H, que es donde se encuentra el famoso observatorio astrológico de este antiguo reino. “El equinoccio de primavera fue una fecha importante para los Mayas, ya que fue la base para la creación de sus calendarios de acuerdo a los ciclos solares”, dice Juan Pop Sánchez, guía comunitario de Uaxactún. Esta parte es más visitada debido a que los touroperadores solamente muestran esta sección a los turistas», añade Juan. Ahora entiendo por qué durante mi primera visita lo sentí un poco ‘simple’.
Juan cuenta también que, al amanecer del 21 de marzo, la luz del sol emerge justo detrás de la estructura central del observatorio astronómico. Este espectáculo, fruto del avance tecnológico de los antiguos mayas, es también el eje central del Festival del Equinoccio de Primavera, que empezó a celebrarse en 2009. Durante esta celebración los pobladores de la comunidad que ahí habitan, realizan juegos de pelota maya, bailes y ventas de comida típica del lugar.
Mi sorpresa vino al visitar la parte que es menos conocida por el turismo regular. Al norte del Grupo E se encuentran los Grupos A, B y C, en donde se cree era el lugar de habitación de la clase soberana del reino de Siaan Ka’an, alguna vez aliado de Tikal.
Hay una variedad de estructuras impresionantes, desde el templo real, donde se puede disfrutar del amanecer en la selva petenera, hasta una estructura supuestamente dedicada al Dios del Viento (Hurakan, Huracán, Tohil, Bolon Tzacab y Kauil), cuyos bordes son lisos y redondeados.
En esta zona se encontró la estela que lleva tallado el número ocho, referencia al 8 Baktún (unidad que equivale a 144.000 días en el calendario maya). También, como en la mayoría de sitios arqueológicos, se puede observar una amplia variedad de especies de aves y plantas y árboles, algunas endémicas de la zona, de gran importancia para la cosmovisión de los antiguos mayas.
La importancia de este sitio en la historia descubierta de los antiguos mayas es muy grande, ya que según otros arqueólogos, fue también en este lugar en donde se pudo haber perfeccionado la escritura y otras artes que permitieron la preservación de sus creaciones.
Neria Herrera es una promotora de Uaxactún y encargada del museo de cerámica del lugar. Ella cuenta de la importancia de este sitio arqueológico y busca que quienes visitan Tikal, también «se den una vuelta» por Uaxactún, lo que ayudaría a generar desarrollo a esta comunidad en donde viven hasta 750 familias.
“Siempre he considerado a Uaxactún como a la NASA de los mayas. Tiene una historia espectacular y deseamos que todos puedan aprender de ella”, dice.
Sin duda este sitio arqueológico no ha gozado de la venia de los medios y los touroperadores. Luego de mi visita quedé encantado de lo que es en realidad y no está de más invitarles a que si están por Tikal, se tomen un par de horas más para conocer a profundidad a Uaxactún.
Para conocer más acerca de paquetes y precios puedes escribir a turismocomunitariouaxactun@yahoo.com con Juan Pop, o bien a campamentoelchiclero@gmail.com con Neira Herrera.