Según la leyenda Xinca, su cultura tiene acceso a toda la sabiduría del Universo. En el lugar conocido como «La Palanganita de Oro«, en Santa María Ixhuatán, se encuentra «el centro de la galaxia, donde emerge la sabiduría. Es un lugar sagrado y cuando una persona entra en el agua, se va nutriendo de toda esa energía», dice Natividad Cano, Sacerdote Xinca.
Empujados a la extinción cultural desde mediados del Siglo XVI, los Xincas actuales están promoviendo el rescate de sus valores a través de las prácticas espirituales.
El agua es un elemento importante para la cultura Xinca. Es el elemento que da la vida, pero también la fuente de sabiduría galáctica. Los colores que utilizan, muy similar a los Mayas, simbolizan a los cuatro puntos cardinales.
El maíz, el pan, el alcohol, cada ingrediente que se utiliza es una muestra del agradecimiento a las fuerzas divinas. Al igual que con los Mayas, para los Xincas, el maíz es otra fuente de vida es «de lo que estamos hechos».
Estas ceremonias no son solo un tributo al aprendizaje ancestral. Son también una muestra de que las tradiciones espirituales también deben evolucionar y considerar a la mujer como parte esencial de la vida.
En cada paso la mujer acompaña al hombre (sacerdote), y se comparte de igual manera todas las responsabilidades dentro de la ceremonia. Desde colocar las ofrendas, encender el fuego sagrado hasta elevar las plegarias al cielo.
«Somos un mismo ente con visiones diferentes. La mujer es también importante en nuestra cultura», reza Cano.
Muy poca gente en Guatemala sabe acerca de la cultura Xinca. Son un pueblo separado de los mayas. Su idioma y sus costumbres surgieron de otras culturas que habitaron El Salvador. Durante la conquista, los españoles encontraron gran resistencia de parte ellos.
Pero finalmente fueron doblegados. Esclavizados, fueron forzados a acompañar a los españoles en la conquista de El Salvador. Desde entonces su legado cultural ha disminuido tanto que en la actualidad solamente unas 200 personas hablan el idioma Xinca.