Concesión forestal comunitaria, turismo comunitario, fabricación de muebles con maderas finas, exportación de xate y cuidado integral del bosque petenero. Eso es, en resumen, lo que los habitantes de la aldea Carmelita, en San Andrés Petén han logrado durante 100 años de ocupación dentro del área protegida Mirador – Río Azul.
Con un tremendo interés por mantener la pureza del bosque, los pobladores de esta comunidad, de unas 300 personas aproximadamente, crearon la Cooperativa Carmelita, R.L. y es a través de este conglomerado que han conseguido llevar desarrollo sostenible, sin abusar de los recursos naturales.
Con los ingresos que obtienen de todas estas actividades han logrado construir su propio hotel ecológico, instalar un centro médico privado y becar a algunos de sus jóvenes en centros estudiantiles de Flores, Petén, para que luego se incorporen al modelo comunitario y puedan generar mayor desarrollo a la comunidad.
“Es importante que todos tengamos beneficio, ya que todas las personas que vivimos en esta comunidad aportamos algo para el desarrollo de nuestro pueblo”, dice Juan Pérez, miembro de la cooperativa y guía turístico.
El manejo turístico del Parque Nacional Mirador – Río Azul es un muestra de lo que estas personas han logrado crear en la zona.
Toda aquella persona que desee explorar la zona arqueológica de El Mirador, puede hacerlo al contactarse con el touroperador de Carmelita. Al contratar el paquete, ya sea el de 5 o 7 días, tendrás derecho a toda la gama de servicios que tienen a disposición.
Los semovientes (mulas de carga), cocineras, comida, casas de campaña y bolsas de dormir, guía turístico y los ingresos a los sitios arqueológicos están incluidos en el precio. Todo lo anterior es un aporte que toda la comunidad realiza de manera rotativa.
El viaje al Parque Nacional El Mirador se hace a pie y es una expedición que lleva unos cuatro días, ida y vuelta. El paquete incluye el transporte de agua, casas de campaña, cocineras, provisiones y el ingreso a los diferentes sitios arqueológicos. Si se quiere realizar expediciones más largas hacia Río Azul o el Z’otz, también se puede solicitar en Carmelita.
Para un grupo de unas 5 personas se utilizan unos 3 semovientes. Cada una de las bestias tiene un dueño diferente, y aunque no son parte de la comitiva, obtienen ingresos al prestarlos para la travesía.
El caso de las cocineras es similar ya que cada una de ellas se intercala para que todas participen y generen ingresos para sus hogares, al igual que los guías turísticos.
“Incluso, si existe una persona mayor, que ya no puede realizar el viaje y tiene un juego de sábanas, las presta si es necesario y ahí genera ingresos. Todos somos parte del desarrollo”, dice Juan.
Otras fuentes de ingreso como la tala de madera, de forma controlada, así como la cosecha de la hoja de xate, son otras formas en que los miembros de la comunidad, incluso los menores, se benefician.
Si deseas apoyar la causa de estas personas, a la vez que realizas un paseo único en la vida, visita si sitio web o bien comunicate al número 7867-5629.