Carlos Caal: «El cacao es una estrategia de reducción de presión hacia el Parque Lachuá»
En 2011, Fundalachuá nació con el objetivo de generar desarrollo económico y social sostenible, para las familias que habitan alrededor del Parque Nacional Laguna Lachuá.
Con un modelo de negocio sólido, la gente de Fundalachuá, que aglutina a cerca de 200 familias de Alta Verapaz y Quiché, se ha convertido en una empresa referente en la producción y comercialización de cacao orgánico, con mercado en Estados Unidos, Canadá y, recientemente, Corea del Sur.
En 2015, como parte de sus inicios, Viatori conoció este esfuerzo y hoy, cuatro años después, hacemos un repaso de uno de los esfuerzos más interesantes alrededor de la zona de Lachuá, una de las áreas protegidas más importantes de Guatemala.
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Comercio justo y restauración de áreas degradadas
«El cacao es una estrategia bajo una visión de reducción de presión hacia el Parque Nacional Laguna Lachuá. La conservación del parque pasa por promover el ingreso a los productores», cuenta Carlos. La idea es promover la creación de plantaciones sostenibles que permita el desarrollo económico de las familias, para que estas no se vean en la necesidad de hacer uso de los recursos naturales del área protegida de Lachuá.
«Nuestro modelo de negocio nos permite pagar precios justos a los productores, lo que les da la oportunidad de hacer frente a sus necesidades básicas», agrega Carlos.
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Además de ello, se trabaja con un modelo que permita no solo la productividad de la tierra, sino a la vez la restauración del paisaje forestal que, al final, repercute en la salud de los suelos. «La implementación de nuevas áreas de cacao debe de responder a un modelo de recuperación de áreas degradadas», dice Carlos.
«Trabajamos a partir de un sistema dinámico. Estamos recuperando la parte arbórea, una recuperación de la parte orgánica del suelo y del paisaje. Incluso nos ha servido para crear conectividad ecológica de beneficio para las especies silvestres de la zona», añade.
Producción e investigación
Desde su creación, hasta la fecha, los miembros de Fundalachuá se han enfocado en la investigación del cacao, así como en la recuperación de especies nativas de la zona de producción en la que residen.
«Estamos trabajando en la caracterización molecular y botánica, así como en la genética del producto que trabajamos», dice Carlos. «La idea es ofrecer un producto más específico», añade.
Mercados de Norteamérica han sido, principalmente, en donde la producción de los asociados de Fundalachuá han comercializado sus productos. Sin embargo, ahora que exploran otros como Corea del Sur, los requerimientos cambian, lo que les obliga a innovar en su producción. «Es una de las partes fundamentales como productores para ofrecer un producto más específico», dice.
Expansión orgánica
Además de tener una producción orgánica, que empieza desde la selección de las semillas para la siembra, hasta el producto que se embarca hacia los clientes que manejan, Fundalachuá se ha embarcado en el desarrollo de su propia marca.
«Estamos desarrollando nuestra marca. Ahora estamos en el proceso de registrarla, para así salir al mercado nacional e internacional», cuenta Carlos. La idea es, como los vinos, tener un producto con denominación de origen, con estándares de calidad y un sello específico para la producción que manejan.
La primera barra de chocolate producida con producto de Fundalachuá fue presentada durante el Foro Regional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), celebrada en Antigua Guatemala. Esta fue producida gracias a un sistema de trueque.
«Logramos la creación de nuestra barra de chocolate fino gracias a un intercambio con creadores artesanales en Antigua. Se hizo un pago de 50% en cacao, lo que también beneficia a los chocolateros artesanales», agrega Carlos.