¿Qué es un monitoreo biológico y qué papel juega en el desarrollo económico sostenible de un área natural?

Historia por: Carlos Duarte Fotografía por: Carlos Duarte Dom 22, May 2022

Eran las 6 de la tarde y el frío se sentía no solo en la piel sino en el ambiente, pues las nubes empezaban a envolver el cerro y a bloquear el paisaje del lago de Amatitlán y las montañas del sureste del municipio central, que se puede admirar cuando está despejado. Los últimos resquicios de luz se filtraban entre el follaje, y el sol iluminaba con sus últimas fuerzas el bosque nuboso de la Finca El Pilar, en Antigua Guatemala.

Ahí, en ese paisaje, un grupo de biólogos descansaba en un claro a un par de kilómetros de la cima de la montaña conocida como El Cucurucho. Recién habían terminado de instalar las redes que usan para atrapar murciélagos, y poder estudiarlos en base a protocolos y normas de seguridad establecidas para el manejo de vida silvestre. 

La preparación previa a la realización de capturas de especímenes para su estudio, es clave para realizar jornadas exitosas. Foto: Carlos Duarte/Viatori

La mayoría de los científicos reunidos en esta ocasión son expertos especializados en el manejo y estudio de quirópteros, como son conocidos los murciélagos por pertenecer al orden Chiroptera en la clase de mamíferos en la escala taxonómica de fauna. Junto a los expertos “murcielagueros”, también había  un grupo de estudiantes del curso de Mastozoología de la carrera de Biología de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).

El equipo de biólogos que trabaja en realizar un monitoreo biológico en este lugar es parte del Proyecto que promueve Territorios Sostenibles y Resilientes en Paisajes Productivos de la Cadena Volcánica Central de Guatemala. “Tiene como objetivo principal incorporar metas de conservación y de gestión sostenible de la tierra, que puedan generar beneficios ambientales globales, asociados a los paisajes que están en la cadena volcánica de Guatemala”, dijo Manuela Ramírez, ​​coordinadora de las actividades de monitoreo biológico dentro del proyecto.

El objetivo del Programa de Monitoreo Biológico del Proyecto es generar información científica sobre especies y ecosistemas de la cadena volcánica central, y aumentar el conocimiento y valoración de la diversidad biológica en la región. Las diferentes actividades de monitoreo biológico se hacen en 32 municipios entre San Marcos, al occidente del país, hasta el volcán de Pacaya, ubicado al sur de la ciudad de Guatemala, y se enfoca en 3 grupos priorizados por el Proyecto que son anfibios, mamíferos y aves, «Los programas de monitoreo biológico y estudios de biodiversidad asociados a los mismos se realizan principalmente en Parques Regionales Municipales y se complementa a través de esfuerzos en Reservas Naturales Privadas», añadió Ramírez.

El papel del monitoreo biológico

Los murciélagos capturados fueron introducidos en bolsas de manta previo a recopilar datos como medidas, peso, edad y sexo. Foto: Carlos Duarte/Viatori

“Venimos específicamente a buscar mamíferos, estamos buscando roedores y murciélagos, porque tenemos dos especies priorizadas: el murciélago Sturnira hondurensis y el ratón Microtus guatemalensis, estos son los objetivos principales de estar aquí el día de hoy” explica Ramírez.

Para lograr estudiar a las diferentes especies de murciélagos que habitan en la Finca El Pilar, es necesario capturarlos para recabar una serie de datos clave para su categorización. Las redes instaladas antes del atardecer, conocidas como redes niebla, se extienden sobre el camino elegido luego de una exploración realizada por los científicos, en donde se logró establecer la presencia de árboles con frutos que son fuente de alimento para los mamíferos alados.

Una media hora después, al revisar las redes, los primeros sonidos emitidos por los murciélagos capturados eran evidentes. “Al trabajar con 3 grandes grupos de animales silvestres como lo son los mamíferos, anfibios y aves, podemos generar información o tener algún tipo de indicio de cómo es o cuál es el estado actual (de conservación), no solo de las poblaciones de animales sino de los sitios en los que habitan, y de la relación que existe entre estas comunidades y las poblaciones humanas que están alrededor de los bosques”, comentó Ramírez.

Durante tres noches consecutivas, en la Finca El Pilar, se capturaron murciélagos. Las capturas de murciélagos se realizaron a partir del atardecer (entre las 18 y 19 hrs), por un período aproximado de cinco horas. Foto: Carlos Duarte/Viatori

La manipulación de especímenes (término técnico para definir a los individuos de cada especie animal capturados para su estudio en estas actividades), debe de realizarse bajo un estricto protocolo de seguridad, tanto de los animales capturados, así como de los propios biólogos. Guantes especiales en capa doble, mascarillas, desinfectante, una mesa, instrumentos de medición y pesaje, libros y guías de campo para identificar correctamente la especie a la que pertenece cada individuo, son los instrumentos con los que el grupo cuenta para estudiar a los murciélagos.

Luego de una hora, se había logrado la captura de más de 20 especímenes. Los datos preliminares recabados determinaron que la comunidad de quirópteros de la zona montañosa de la finca El Pilar y de Antigua Guatemala es muy diversa, pues se identificaron varias especies de murciélagos como la de murciélagos de charreteras (género Sturnira), murciélagos rabones de Geoffroy (Anoura geoffroyi) y murciélagos insectívoros (Familia Vespertilionidae), entre otras.

monitoreo

Los biólogos utilizan redes niebla, que son indetectables por los sentidos de ubicación de los murciélagos, para capturar a los especímenes y estudiarlos. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori

Otro dato importante de este monitoreo, es que la mayoría de los individuos capturados eran hembras madres en edad de lactancia. Monitoreos como estos, buscan motivar a tomadores de decisiones y población en general, a proteger estos remanentes de bosque, debido a su importancia para la biodiversidad biológica de Guatemala. 

“Un monitoreo biológico como tal debe ser constante, para generar datos periódicamente. También debe de ser participativo, a través de la vinculación con las municipalidades, los guardarecursos, y con las personas de las reservas privadas, para que ellos puedan tener las capacidades de seguir adelante con estos procesos y que más adelante exista información que pueda seguir siendo de importancia para la conservación en Guatemala”, puntualizó Manuela.

De vuelta a la naturaleza

Los vespertiliónidos es la familia más diversificada de estos mamíferos voladores y están distribuidos en toda clase de hábitats, desde tropicales hasta desérticos. Su tamaño varía entre los 3 y 10 cm y de 4 a 50 g de peso. Foto: Carlos Duarte/Viatori

Luego de ser liberados de la red, los biólogos introducen a cada individuo dentro de una bolsa especial, para evitar que se hagan daño. A partir de ahí, cada uno debe de esperar su turno para ser medidos, pesados e identificados. 

Pero, como casi todo en la vida, no todo es tan fácil como se lee, porque ninguno de los murciélagos atrapados pasaría por este proceso ajeno a su rutina cotidiana, sin dejar clara su molestia y descontento. Se quejan, gritan y muerden a los biólogos durante todo el proceso, y es por ello la necesidad de usar mascarillas y  guantes dobles de protección, para evitar cualquier riesgo de contraer alguna enfermedad.

Al terminar todas las mediciones y estudios, los animales son liberados para que regresen a su hábitat en medio de la noche. Algunos terminan tan cansados de su lucha por liberarse, primero de las redes y luego de los humanos que los estudian, que no tienen fuerzas para levantar el vuelo al instante, por lo que los biólogos los alimentan con jeringas que contienen un néctar dulce de agua con azúcar. Al reponer sus fuerzas, levantan el vuelo en medio de la espesura del bosque y la oscuridad de la noche, para desaparecer y regresar a su hábitat.

Luego de analizar los datos obtenidos, el equipo del Proyecto de la Cadena Volcánica Central de Guatemala, se tiene información preliminar en la que se detalla la captura de 47 individuos pertenecientes a 6 especies de murciélagos. En este informe resalta la captura de 10 especímenes de Sturnira hondurensis, la especie de murciélago priorizada, quienes fueron analizados en tres diferentes zonas altitudinales de la Finca El Pilar. “Con un esfuerzo total de 250 trampas, se capturaron ocho roedores de dos especies: un espécimen de Heteromys desmarestianus y siete especímenes de Peromyscus levipes, pero cuya identidad taxonómica está pendiente de confirmar.

El fin de recabar datos acerca del murciélago hondureño de hombros amarillos (Sturnira hondurensis), fue el de identificar las diferentes áreas en las que se encuentra presente, tanto a nivel altitudinal, así como a nivel de paisajes dentro del proyecto Cadena Volcánica tiene influencia.

Según los resultados obtenidos durante este monitoreo, el Sturnira hondurensis muestra mayor presencia en zonas más altas, con un nivel de perturbación menor que lo que ocurre en las zonas a menor altura. 

“El turismo es una de las mejores herramientas para la conservación”

Los datos recopilados durante las jornadas de monitoreo sirven como base para la creación de estrategias de conservación que ayuden a áreas como Finca El Pilar, a continuar con su labor de protección al mismo tiempo de ser económicamente rentables. Foto: Carlos Duarte/Viatori

Juan Rivera, empresario de turismo de naturaleza, co-propietario de Finca El Pilar y conservacionista, consideró que estos monitoreos ayudan a dar un mayor significado  a las acciones de protección de las zonas naturales, al tiempo que valoró la importancia de crear actividades sustentables y amigables con la  naturaleza, para validar dichos esfuerzos. Afirma también que el turismo puede ser una buena herramienta para la conservación de las áreas naturales.

En ese sentido, el turismo se presenta como una actividad clave, ya que permitiría financiar esfuerzos como los que él realiza en El Pilar, al tiempo que permitiría reducir el impacto que el turismo tiene en destinos como Antigua Guatemala y se generaría un reparto más equitativo en otros esfuerzos turísticos ubicados alrededor de la ciudad colonial. «Básicamente se ha concentrado la ganancia en el centro histórico, y las aldeas nada más han proveído la mano de obra”. Lo ideal es que los productos turísticos siempre sean desarrollados de una forma sostenible, que cumplan los tres criterios: ambiental, social y obviamente económico, que sean rentables”, apuntala.

Todo esto también viene a adecuarse a la demanda por un turismo más natural, al aire libre y que permita un contacto con la naturaleza, que consumidores de mercados prioritarios para Guatemala, como Estados Unidos y algunos países europeos solicitan. «Se ha visto mucho que la gente busca parques y espacios naturales abiertos para hacer actividades físicas, y es una tendencia mundial”. Según el también conservacionista, también hay una apreciación de la naturaleza, porque “de cierto modo, hay un sentido de culpabilidad de parte del ser humano al ver la destrucción que ha hecho de la biodiversidad”, finalizó.

*Agradecimiento al Proyecto Promoviendo Territorios Sostenibles y Resilientes en Paisajes de la Cadena Volcánica Central en Guatemala y a Finca El Pilar para la realización de esta historia.

 

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