Creada en 1977, la Reserva Natural Monterrico es un área de 22 kilómetros que alberga cientos de especies de vida silvestre, es un centro de investigación y cuenta con un tortugario que ayuda a proteger a la tortuga marina.
Monterrico es una de las zonas turísticas más visitadas del Pacífico de Guatemala. En las últimas dos décadas ha crecido en densidad habitacional, que ha generado desarrollo a los habitantes del lugar. Sin embargo, esto también ha supuesto un riesgo para la vida silvestre y la flora del área.
Declarada como zona protegida en diciembre de 1977 y forma parte del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). Instituciones como el Consejo de Áreas Protegidas (CONAP) y el Centro de Estudios Conservacionistas (CECON), con el apoyo de entidades como el Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) implementan programas de formación y educación para resaltar su importancia y la necesidad de proteger y promover la sostenibildiad.
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La Reserva Natural Monterrico comprende un área de 2,800 hectáreas, en un perímetro de 22 kilómetros cuadrados. Por ella atraviesa el Canal de Chiquimulilla y guarda una gran diversidad biológica. Además de contar con diferentes ecosistemas marinos, también hay bosques secos y manglares.
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Esto lo convierte en el hogar ideal para diferentes tipo de vida. Las más notorias son las aves. Entre migratorias y residentes, se considera que durante el año se pueden observar hasta 110 especies diferentes, lo que es un atractivo para los pajareros y el segmento de aviturismo.
El litoral del Pacífico es lugar de anidación de diferentes tortugas marinas. Aunque la parlama (Lepidochelys olivacea) es la que más visita las playas guatemaltecas, también se ven otras, como la baule (Dermochelys coriacea) y la carey (Eretmochelys imbricata).
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Gracias a una ley, todos los recolectores de huevos de tortuga deben de entregar el 20% de los huevos que recogen, con fines conservacionistas. Sin embargo, el comercio y las malas prácticas dificultan esta tarea, ya que los parlameros (recolectores de huevos) prefieren venderlos a donarlos.
A pesar de ello, el país libera más de 50 mil tortugas anualmente, lo que ayuda a la preservación de la especie.
Durante la temporada de tortugas, se realizan liberaciones periódicamente. Foto: Jorge Rodríguez/Viatori
Si bien la conservación debe de ser una prioridad para todos, también lo debe de ser el generar las condiciones para el desarrollo económico y social de las poblaciones dentro de la reserva. Paseos en lancha por el canal, pesca artesanal, avistamiento de aves y liberación de tortugas son algunas de las actividades que fomentan el equilibrio y la sostenibilidad de la zona.
En el tortugario del CECON hay liberaciones de neonatos durante toda la temporada, que va desde julio hasta febrero de cada año. «Se pide una colaboración simbólica de Q20 por persona, lo que nos ayuda a continuar con la labor», dice Pablo Castellanos, un guardarrecursos del lugar.