Un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution y liderado por investigadores de la Universidad de Reading advierte que más de 500 especies de aves se encuentran en riesgo de extinción en los próximos 100 años. La investigación identifica amenazas como la pérdida de hábitat, el cambio climático, la caza y muertes accidentales como los principales impulsores de este preocupante fenómeno .
Los autores estiman que 517 ± 19 especies de un universo cercano a las 9,873 aves conocidas desaparecerán en este siglo, lo que representa cerca del 5,2 % —una cifra que triplica las extinciones registradas desde 1500 . Aunque detener estas amenazas hoy mismo podría evitar algunas, alrededor de 250 especies ya están tan debilitadas que requieren intervención activa, como cría en cautiverio y restauración de ecosistemas, para sobrevivir .
Las principales amenazas que las aves enfrentan son: pérdida de hábitat, vinculada al crecimiento agrícola e intensificación de tierras, que es considerada como la amenaza más grave. El cambio climático altera patrones migratorios y reduce zonas vitales y la caza furtiva, el tráfico de especies y las muertes accidentales, que afectan principalmente aves de gran tamaño o con amplias alas.
El pájaro paraguas cuello desnudo, es un ave endémica de Costa Rica y su estado de consevación es amenazado. Foto: eBird
Según la investigación, se examinaron datos de casi 10 mil aves para predecir el riesgo de extinción y fue así que se logró determinar la cantidad de especies en peligro.Entre las especies identificadas como más afectadas se incluyen aves emblemáticas, como los puffins (frailecillos), tórtolas europeas y great bustards (avutardas), por su tamaño y sensibilidad al clima. Otras especies seriamente amenazadas son las aves exóticas como el pájaro paraguas de cuello desnudo, el cálao con casco o el yellow-bellied sunbird-asity.
En regiones más específicas, aparecen ejemplos dramáticos: el faisán de Edwards (Lophura edwardsi) de Vietnam podría estar prácticamente extinto, con apenas mil individuos en cautiverio y sin avistamientos claros en estado salvaje. El gavilán caguarero (Chondrohierax wilsonii), uno de los escasos halcones de Cuba, sufre deforestación y persecución local, lo que lo coloca en estado crítico.
“Nos enfrentamos a una crisis de extinción de aves sin precedentes en la era moderna”, afirmó Kerry Stewart, autor principal de la investigación. Es el triple de la cantidad de aves extintas en los últimos 500 años.
El estudio también subraya la importancia de la diversidad funcional: proteger apenas 100 especies clave podría mantener hasta el 68 % de la diversidad morfológica global, reduciendo el impacto sobre los procesos ecosistémicos . Esto significa no solo salvar especies, sino también preservar roles fundamentales como polinización, dispersión de semillas y control de plagas.
En sitios de Honduras, Guatemala y México, existen programas de recuperación de guacamayas rojas que han ayudado a la recuperación de poblaciones silvestres. Foto: ARCAS
Las intervenciones exitosas son alentadoras. El cóndor de California y el bittern británico se han recuperado gracias a programas intensivos de cría en cautiverio, redes de protección y restauración de humedales, sirviendo como ejemplo de que es posible revertir las tendencias negativas.
Algunas de las sugerencias que los investigadores realizan para disminuir el riesgo para muchas especies incluyen:
Ampliar áreas protegidas, enfocadas en híbridos de especies funcionalmente únicas.
Desarrollar programas de recuperación activa, destinados a especies en estado crítico, incluyendo cría en cautiverio y reintroducción.
Reducción inmediata de amenazas humanas, especialmente la deforestación, caza furtiva, y alteraciones del clima causadas por actividades agrícolas e industriales.
Colaboración conservacionista, como la impulsada por BirdLife International y otras ONG, que financian campañas y monitoreo de especies amenazadas.
“Muchas aves ya están tan amenazadas que reducir el impacto humano por sí solo no las salvará. Estas especies necesitan programas especiales de recuperación, como proyectos de reproducción y restauración del hábitat, para sobrevivir”, subrayó Stewart.