El Huracán Milton, que hasta el momento ha provocado inundaciones graves en varias ciudades, especialmente en San Petersburgo, Florida, donde se registraron precipitaciones de hasta 23.8 centímetros en pocas horas, es un nuevo ejemplo de cómo el cambio climático está intensificando la frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos. Según el análisis de Climate Central, a través de su índice Climate Shift (CSI), Milton fue directamente influenciado por el calentamiento global, con un 70% más de probabilidad de haber alcanzado su intensidad debido al cambio climático inducido por actividades humanas.
El CSI mide cuánto más probable es que ciertos eventos meteorológicos, como tormentas, olas de calor o lluvias extremas, ocurran en un mundo donde la temperatura ha aumentado debido a la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas. En el caso de Milton, este índice reveló que el aumento en la temperatura del agua del mar y la mayor cantidad de vapor de agua en la atmósfera, dos factores clave exacerbados por el calentamiento global, alimentaron el poder destructivo de la tormenta.
Climate Central ha determinado que las temperaturas del mar en la región donde se formó Milton han alcanzado niveles históricos. Este calentamiento, según el estudio, es entre 400 y 800 veces más probable debido al cambio climático. Daniel Gilford, meteorólogo y climatólogo de Climate Central, advierte que «el cambio climático ha calentado claramente las aguas del Golfo que alimentaron el desarrollo de Milton, probablemente sobrealimentando su rápida intensificación y haciendo este huracán mucho más peligroso».
La trayectoria del Huracán Milton causó destrucción en varias islas del Caribe, incluyendo inundaciones costeras y pérdidas agrícolas importantes, afectando a miles de personas que dependen de los recursos naturales. En el sudeste de Estados Unidos, los vientos de más de 200 km/h y las marejadas ciclónicas generaron daños estructurales y cortes de energía a gran escala. Se reportaron mareas de tempestad mortales a lo largo de la costa del Golfo, afectando áreas densamente pobladas como Tampa y Fort Myers. Las autoridades estiman que la marejada podría alcanzar alturas de entre 3 y 4.5 metros.
Hasta el momento, se han confirmado al menos cuatro muertes, incluidas dos relacionadas con tornados provocados por el huracán en una comunidad de jubilados en el sureste del estado de la Florida. Más de 2.6 millones de hogares se han quedado sin electricidad debido a los fuertes vientos y daños en la infraestructura. También se reportan más de un millón de personas desplazadas.
A medida que las temperaturas continúan aumentando, los científicos advierten que los huracanes como Milton serán más comunes. La investigación de Climate Central enfatiza que eventos climáticos extremos, que antes eran raros, están ahora directamente relacionados con el calentamiento global. Esto plantea desafíos urgentes para las comunidades vulnerables, que deben adaptar sus infraestructuras y desarrollar planes de resiliencia frente a futuras tormentas.
El caso de Milton subraya la importancia de la ciencia climática y de las iniciativas de mitigación. Proyectos como el Climate Shift Index son herramientas esenciales para entender cómo el cambio climático está afectando al mundo en tiempo real. Los datos proporcionados permiten a los gobiernos y organizaciones diseñar políticas basadas en evidencia para reducir las emisiones y proteger a las comunidades más expuestas.
Sin embargo, la mitigación no es suficiente. La preparación ante huracanes, la mejora en las infraestructuras críticas y la restauración de ecosistemas costeros, como los manglares y arrecifes de coral, deben convertirse en una prioridad en toda la región del Caribe y América Central, donde fenómenos como el Huracán Milton representan una amenaza cada vez mayor.
El análisis de Milton es una advertencia contundente de que el cambio climático no es una amenaza futura, sino una crisis actual que está amplificando fenómenos naturales con efectos devastadores. La ciencia ha hablado, y la acción global es más urgente que nunca.
*con información de Periodistas por el Planeta