La conservación de la biodiversidad en áreas estratégicas de Guatemala ha adquirido un nuevo enfoque centrado en la acción local, que involucra tanto a comunidades como a instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales. Este esfuerzo busca implementar un manejo adaptativo basado en ecosistemas, un enfoque flexible que reconoce que la naturaleza está en constante cambio, y que por ello, los planes de conservación deben ser capaces de ajustarse a nuevas realidades ecológicas.
Defensores de la Naturaleza y Rainforest Alliance presentaron en conjunto, con el apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para la Cooperación Internacional (USAID), dos proyectos orientados a mejorar las capacidades del país en términos de protección del patrimonio natural, así como dotar de herramientas para la resiliencia climática a poblaciones que en la actualidad se encuentran en riesgo por el cambio climático.
En el caso de Defensores, se presentó el proyecto Conservación de la Biodiversidad en Guatemala, que busca proteger la biodiversidad en áreas protegidas clave del país. Entre los resultados esperados de este proyecto, se busca dotar de mayor participación a las mujeres en la toma de decisionesrelacionadas con la gestión del paisaje y la conservación de los ecosistemas en 65 comuminidades rurales.
Por su parte, Rainforest Alliance y su proyecto Paisajes + prósperos y resilientes, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero originadas del uso de la tierra e incrementar la captura de carbono en Guatemala.
El financiamiento de USAID tendrá una duración de cinco años.
Uno de los objetivos clave es mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales. Se espera beneficiar a 12,500 personas a través de microcréditos que impulsarán actividades económicas sostenibles. Además, más de 200,000 hectáreas de áreas forestales estarán bajo proyectos REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques), lo que permitirá una gestión más sostenible de los recursos naturales.
La gobernanza juega un papel esencial en estos esfuerzos. Más de 50 instituciones tendrán acceso a datos sobre biodiversidad, facilitando la toma de decisiones basadas en información científica. Un aspecto destacado de este plan es la participación comunitaria, con una meta de involucrar a 5,000 personas en actividades de ciencia ciudadana, promoviendo el conocimiento y la participación activa en la conservación.
Estos esfuerzos ya han comenzado a dar frutos. En la Reserva de la Biosfera Maya, se descubrió una nueva especie de escarabajo del género Baisameda, y en la Sierra de las Minas se registró por primera vez en Guatemala la mariposa tronadora (Hamadryas julitta).
El impacto de los incendios forestales en 2024 ha sido devastador. En el Parque Nacional Sierra del Lacandón, se perdieron 15,000 hectáreas de bosque, y en la Sierra de las Minas, más de 5,000 hectáreas. En el norte de Petén, el área afectada equivale a casi 10 veces el tamaño del lago de Amatitlán, lo que subraya la magnitud de la crisis.
A pesar de estas pérdidas, los esfuerzos de restauración continúan. Rainforest Alliance ha liderado la reforestación de 30,000 hectáreas en proyectos que buscan la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la creación de paisajes más resilientes. Gracias a estas iniciativas, se han evitado 10.2 toneladas de emisiones de CO2 y se han generado 11,000 empleos en actividades de conservación y manejo forestal.
Además, el Programa de Reducción de Emisiones (PRE) en la Sierra de las Minas abarca 92,381 hectáreas de bosque, lo que refuerza el compromiso de Guatemala con la mitigación del cambio climático.
Las concesiones forestales han generado ganancias de 51 millones de dólares, lo que demuestra el potencial económico de la gestión sostenible de los bosques. Haven Cruz-Hubbard, director de USAID en Guatemala, subraya que «es importante enfrentar la crisis climática y proteger el medio ambiente». Según él, la transición hacia energías renovables y el desarrollo de resiliencia ante el cambio climático son cruciales para el país.
Cruz-Hubbard también destacó la importancia de la conservación cultural, afirmando que cualquier conversación sobre conservación en Guatemala debe incluir la preservación de las culturas ancestrales de las comunidades locales, promoviendo el ecoturismo sostenible y comunitario como una vía para lograr este objetivo.
Los esfuerzos de conservación en Guatemala no solo buscan proteger sus paisajes y biodiversidad, sino también fortalecer a las comunidades que dependen de ellos, creando un futuro más próspero y resiliente.