Un grupo de 19 guacamayas rojas ha sido liberado en el Parque Nacional Sierra del Lacandón, que representa una continuación de los esfuerzos de conservación de esta especie en peligro. La liberación de estas aves es el resultado de más de una década de trabajo colaborativo entre la Fundación Defensores de la Naturaleza (FDN), ARCAS, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) y otras organizaciones conservacionistas.
La guacamaya roja (Ara macao cyanoptera) es una subespecie que se distribuye en el norte de Guatemala, México y Belice. Según estimaciones de las diferentes organizaciones, en el país podrían existir apenas unos 300 individuos en estado silvestre, lo que preocupa a conservacionistas y ambientalistas, debido al rol que estas aves juegan en la salud de los ecosistemas que habitan.
La situación de la guacamaya roja en Guatemala es crítica. El tráfico ilegal de vida silvestre y la pérdida de hábitat son las principales amenazas para esta especie. La Reserva de la Biósfera Maya (RBM) es uno de los últimos refugios seguros para la guacamaya roja, según WCS, que desde 2002 ha trabajado en su conservación. A través de monitoreos de anidación, la construcción de nidos artificiales y el seguimiento de los patrones de uso del hábitat, las organizaciones han logrado crear un entorno propicio para la supervivencia de las guacamayas liberadas.
En Guatemala, muchas de estas aves son saqueadas de sus entonrnos naturales para ser vendidas como mascotas. Como todas las aves que se alimentan de semillas la función más importante que tienen las guacamayas rojas en los ecosistemas es la de dispersar las semillas a lo largo y ancho de las selvas. Las guacamayas al distribuirse en zonas bien conservadas del hábitat son indicadoras de que los ecosistemas se encuentran sanos. Al extraerlas, la salud de zonas como la RBM se deteriora inexorablemente, reduciendo la calidad de los servicios ecosistémicos que presta para el país y para la región en general.
Este no es el primer intento de reintroducir a las guacamayas rojas en su hábitat. En 2015, las mismas organizaciones liberaron a nueve individuos en el Parque Nacional Sierra del Lacandón, ubicado dentro de la RBM. Cinco años después, en octubre de 2020, Conap y la Wildlife Conservation Society (WCS) liberaron 26 guacamayas más en la misma reserva. Estas aves, criadas en laboratorios a partir de huevos que no habrían sobrevivido en la naturaleza, representan una nueva esperanza para la recuperación de la especie.
Según informa CONAP, estos esfuerzos no se limitan a la reintroducción de las aves. La educación ambiental en las comunidades locales y el involucramiento de sus habitantes son fundamentales para el éxito del proyecto. Los miembros de las comunidades desempeñan un papel clave en la protección de la especie, ayudando a monitorear los nidos y participando en actividades de conservación.
La liberación de estas 19 guacamayas representa un avance significativo en la lucha por la recuperación de la especie en Guatemala. “Es un día donde el trabajo de más de una década alcanza su objetivo. Estas guacamayas fueron criadas en cautiverio por sus padres rescatados del tráfico ilegal, rehabilitadas, evaluadas en su comportamiento y estado de salud. Ahora vuelan sin restricción, libres, devolviendo color, vida y esperanza al Parque Nacional Sierra del Lacandon”, dijo la organización ARCAS en una publicación en sus redes sociales.